sábado, 3 de octubre de 2020

"Contra el mito Carl Schmitt"

Reseña del libro de Jerónimo Molina, "Contra el mito Carl Schmitt": segunda edición, expurgada y ampliada con nuevos materiales (Ed. Renacimiento, 2019) 


"Toda desmitificación supone una mitificación de orden inverso" escribía Rafael García Serrano un martes 12 de noviembre de 1974 ("La paz ha terminado", Dietarios personales de 1974 y 1975, Planeta, 1980).

¿Realiza el profesor Jerónimo Molina (1968, Blanca, Murcia) en su libro "Contra el mito Carl Schmitt", una mitificación involuntaria del sabio de Plettenberg?

No.

Molina en esta reedición de su obra expone con detalle las relaciones personales de Schmitt con los pensadores políticos españoles desde los primeros años 30 hasta su muerte, y la recepción de su obra en España. 

Por cuestiones tanto generacionales como de coincidencia espiritual, filosófica y política, Schmitt mantiene una relación privilegiada con los juristas de Estado del régimen franquista (Jesús Fueyo, Javier Conde) pero no sólo.

El volumen que reseño es un ejercicio de memoria histórica pegada a los datos biográficos de los vínculos de Schmitt con España y con algunos españoles (correspondencia con sus coetáneos, participación en seminarios, distinciones honoríficas, traducción de sus  libros...)

Por tanto, no había posibilidad de "remitificar" a Schmitt escribiendo sobre su intimidad con los discípulos patrios.  

Pero si no lo ha vuelto a mitificar ¿ha conseguido el profesor Molina su objetivo? ¿ha destruido o, al menos, herido de gravedad al "mito Carl Schmitt"?

Tampoco.

Me malicio que más bien al contrario, pues aunque el mito negativo sobre el pensador prusiano aparezca debilitado al presentarnos la cotidianidad del pensador político en su trato con juristas y profesores españoles; el anatema contra Schmitt se repondrá con la ayuda que paradójicamente le ofrece el libro del profesor Molina: además de nazi, Schmitt era franquista.

En realidad, la pretensión del gran profesor murciano era imposible porque destruir el mito negro de Schmitt exige no tanto un libro preciso como el suyo, sino el perdón de las acciones y omisiones de Schmitt durante toda su vida por parte de los que fabricaron su "antimito". Y esto no ha ocurrido ni ocurrirá.  

Por ello el libro del académico Molina ni destruye el mito nefando del, entre otras muchísimas cosas, jurista de Estado; ni crea un mito inverso para glorificarle.

Por contra, al escritor político Molina le basta con dejarnos un documento definitivo, un conjunto de pruebas que ponen en evidencia el carácter imperecedero de la obra de Schmitt, y en consecuencia, la admiración que le profesaron pensadores políticos de todos los regímenes que se sucedieron en España desde los años veinte del pasado siglo hasta hoy. Y cuando hablo de todos me refiero a todos sin excepción. 

"Contra el mito Carl Schmitt" en realidad nos enseña que los mitos se crean, pero no se destruyen. Como mucho, se trascienden.  

Molina no destruye el mito, que va por su lado ignorando los hechos que le estorban y que se autorregenera; pero sí deja sentado que al Schmitt filósofo de la historia o teórico de lo político, no le afecta la superchería.   

El "mito Carl Schmitt" y el pensador Schmitt corren vidas paralelas sin tocarse ni influirse.  

¿Cabe mayor triunfo para el sabio de Plettenberg que trascender su "antimito", su mito negativo y vivir ajeno a él?

A esa victoria colabora Jerónimo Molina Cano con un trabajo atento al contexto de cada opinión, de cada controversia; semejante a una novela porque son los personajes de carne y hueso los que hablan y nos cuentan.

Al final de su lectura la sensación es que si los mitos tienden a ahogar por igual a víctimas y laureados, no lo han conseguido con Schmitt, cuya aportación al pensamiento político pervive más allá de disputas partidarias de uno u otro signo.

¿Quieren un ejemplo?

Pues ni más ni menos que la nueva Unión Europea que surge tras el Covid 19, el Gran Espacio al que Schmitt dedicó una parte de su esfuerzo intelectual y que hoy es una realidad inspirada en sus enseñanzas.

Siendo el padre espiritual y político del Gran Espacio Europeo, la obra de Schmitt acredita que está más allá del mito creado en torno a las vicisitudes de la existencia de su autor. 

Algunas veces el mito pervive para demostrar su completa inutilidad. 


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martes, 4 de agosto de 2020

Sánchez, el "tonto útil" más tonto y Felipe VI.



Hace más de ocho años publiqué un artículo en este mismo blog que sigue leyéndose después de tanto tiempo.

Lo titulé "Urdangarín versus su cuñadoy expresaba una hipótesis sobre la responsabilidad de Felipe VI en el horizonte penal del vasco que un día fue duque.

El gran periodista de tribunales José Yoldi, leyó el artículo y permitió mantener con quien suscribe una serie de comentarios que mejoraron el artículo, cuyo contenido nunca se terminó de creer porque -decía- no aportaba pruebas.

En este artículo tampoco voy a aportar pruebas, sólo datos, aunque también voy a hablar de Felipe VI.


La incompetencia de dirigentes de ambos partidos está siendo incuestionable y temen las consecuencias civiles y penales que se puedan derivar de los procesos en curso. Por tanto, una ley de amnistía que depende de ellos y que les protegería de los ropones es un objetivo vital del PPSOE, aunque es cierto que no tenga pruebas de lo que digo.

No obstante, tengo un primer dato: el PPSOE ya ha pactado la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

¿Qué necesidad tiene el PP de entregar al denostado PSOE de Sánchez una baza política tan crucial?
Yo intuyo que conseguir una cúpula judicial "ad hoc", comprensiva con el interés mutuo de los dos partidos de blindarse frente a las demandas y querellas de los ciudadanos y de la sociedad civil por su nefasta administración de la epidemia.

No obstante, para conseguir la inmunidad judicial el PPSOE debe contar con el visto bueno de la Jefatura del Estado, pues una ley de amnistía de los dos partidos en realidad es un golpe de Estado contra el pueblo que pide justicia.

Dado que no creo (aunque tampoco tengo pruebas) de que al Rey le hiciese mucha gracia el anhelo partidocrático por la pérdida de prestigio de las instituciones que supondría un cambalache como el que entiendo busca el PPSOE, ha habido que "ayudar" al monarca a ceder, a que viera con buenos ojos la autoamnistía de la clase política.

¿Cómo?

Amenazando la continuidad de la Corona con motivo de los escándalos privados del Rey emérito, echando por delante a los perros de presa, a los "tontos útiles" de Pedro Sánchez, que no son otros que Pablo Iglesias y sus "troncos".

Creo que Felipe VI viendo las barbas de su padre cortar, puso las suyas a remojar y aceptó el pacto: autoamnistía de los partidos del régimen a cambio del blindaje de la Corona.

Pero pidió venganza: ojo por ojo, diente por diente.

Si las andanzas de su padre le habían convertido en el chivo expiatorio ideal para que él aceptase el trágala de la autoamnistía del PPSOE por el nefasto desgobierno de la epidemia, el Rey debió exigir a cambio la continuidad del ganado a pulso calvario judicial de Pablo Iglesias y su defunción política. 

Iglesias va a pasar a la historia como el "tonto útil" más tonto que los siglos políticos han contemplado, pues luego de blanquear el tremendo ajuste que Sánchez, por orden de Bruselas, va a aplicar a la economía española, acabará peor que el emérito cuando concluya los trabajos sucios para los que ha sido elegido y prescindan de él. 

Al fin y al cabo nunca pasó de ser considerado un pesado, un "cuñao" que todo lo ve fácil y se cree que el Estado es un tigre de papel con el que jugar a buenos y malos. 

En suma, si su padre Juan Carlos pagaba el pato, el Rey reclamó que no fuera el único, y el primero que propuso Felipe VI fue elegido por unanimidad del sanedrín: el "retonto útil" de Galapagar. 

¿Cómo no iba a aceptar Sánchez? ¿para qué va a jugar a jacobino destruyendo el Palacio cuando es el mandamás? ¿para qué se va a arriesgar a utilizar la guillotina cuando existe el riesgo de que entre los conducidos al cadalso también esté él?

¿Pruebas?

No tengo. Sólo datos. Concretamente, la confirmación por la Evita de Iglesias de que Podemos no ha sido consultado por el PSOE del visto bueno gubernamental a la salida de España del Rey emérito.

Todo atado y bien atado dicen que lo dejó Franco.

Todo atado y bien atado parece que vuelve a quedar todo.

Una Gran Coalición PPSOE "de facto", con todos sus dirigentes con inmunidad judicial por la gestión del Covid 19, y la Corona blindada.

Para confirmar lo que digo no habrá pruebas, pero será suficiente algún dato: unos Presupuestos Generales del Estado aprobados por Ciudadanos con la abstención o el plácet del PP, e Iglesias en los tribunales un día sí y otro también hasta que caiga en el momento más oportuno para el PPSOE.

Si Iglesias y sus enemigos de VOX creen que Sánchez trae debajo del brazo la República deberían leer un poco más a Lampedusa. 

No necesitarían más para salir del error. 

Bueno... quizás Iglesias sí. Quizás Iglesias necesite mucho más.   


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sábado, 1 de agosto de 2020

Carl Schmitt padre del "Reich" europeo


                                              
Reseña del libro, "Territorio, Orden Concreto, Gran Espacio, Nomos: estudios escogidos", Carl Schmitt. Introducido, editado y anotado por el catedrático de Dº Constitucional, Carlos Ruiz Miguel. Ediciones Olejnik. 2020.


Desde que se decretaron los primeros confinamientos en Europa resultaba evidente que la pandemia del Covid 19 serviría, entre otras cosas, para aplicar una "operación acordeón" a la economía mundial  (reducción y simultánea ampliación de capital)

Un proceso dirigido inicialmente por el sector cuaternario, el sector de las actividades destructivas (Gaston Bouthuol) para sanear o ajustar actividades obsoletas y pinchar burbujas; y finalizado mediante una reconstrucción del sistema por obra de ampliaciones de capital que traerían nuevos accionistas y nuevos modelos productivos.

Lo que realmente no se podía prever era que los efectos políticos de la "operación acordeón" provocada por el famoso virus nos traería a Europa un "Reich", el "Gran Espacio" sobre el que teorizó el genial y polémico Carl Schmitt.

La lectura de la compilación de Dº Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, titulada "Territorio, Orden concreto, Gran Espacio, Nomos: estudios escogidos", ediciones Olejnik, 2020, que agrupa una escogida selección de textos de Carl Schmitt, precedida de un útil Estudio Preliminar del profesor; nos confirma que el acuerdo alcanzado por los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el 21 de julio del presente supone el Tratado Fundacional "de facto" del Gran Espacio europeo, una "superlegalidad" a la que se refiere Schmitt en "La revolución legal mundial" (1978)

El término "superlegalidad", creación del administrativista galo Maurice Hauriou, viene a ser la "validez aumentada de ciertas normas frente a otras consideradas sencillas o normales" (pag 175) con la finalidad de garantizar el cumplimiento de determinados objetivos.

Pues bien, el conocido como "Acuerdo de Reconstrucción" de 21 de julio supone una norma "superlegal" que se sitúa por encima de las Constituciones y de la legalidad estatal en todo lo que signifique política presupuestaria (ingresos y gastos públicos).   

Teniendo en cuenta que la legalidad (obediencia) que se deriva de los Presupuestos del Estado es el instrumento político del que se sirven los Gobiernos para imponer sus ideologías, la "superlegalidad" del "Acuerdo de Reconstrucción" liquida la autonomía presupuestaria de los países que se opongan a ella, y por ende la soberanía económica de los Estados-nación y sus agendas políticas, que son suplidas por los órganos decisores del Gran Espacio.


¿Cómo será la Unión Europea que acaba de nacer?

Sigamos leyendo la compilación de textos Schmitt del profesor Carlos Ruiz Miguel para entenderla. 

En "El concepto de Imperio en el Derecho Internacional" (1939) Schmitt diferencia entre "Imperium" y "Reich", caracterizando al primero como "una figura universalista, abarcadora del mundo y de la humanidad, supranacional", mientras el Reich "está esencialmente determinado por lo nacional y por un orden jurídico no universalista, basado en el respeto a todos los pueblos" (pag 44).
Es importante, por tanto, diferenciar de inicio el "Gran Espacio" basado en las naciones de la Unión Europea, aunque se fragua en torno al eje franco-alemán; del concepto de imperialismo, "pura denominación de métodos económico-capitalistas de colonización y expansión, usados frecuentemente como mera consigna" (pag 44)

En segundo lugar, es obvio que aun siendo respetuoso con otras naciones, la dirección del "Reich" le corresponde a la nación alemana, al pueblo alemán, "garante y guardián que demuestra estar a la altura de esta empresa".

Por tanto, el concepto de Imperio para Schmitt debe ser un Reich que "toma por punto de partida en el orden del espacio un ámbito nacional muy extenso sustentado por un pueblo (...) y deja subsistir íntegramente los elementos ordenadores contenidos en el concepto de Estado; (...) sin aniquilar a los pueblos y a los Estados y sin poner proa hacia un derecho mundial de cuño universalista e imperialista como el Derecho Internacional imperialista de las democracias occidentales" (pag 51)

En el anterior párrafo quedan resumidas las características del "Gran Espacio Europeo".

a) Un ámbito extenso dirigido y sustentado por la nación alemana. 

b) Los Estados en la Unión seguirán existiendo como instancia responsable del orden y ejecutores de las decisiones del Gobierno europeo.

c) Una entidad política no globalista.

Parece obvio que cuando Schmitt escribió "El concepto de Imperio en el Derecho Internacional" (1939) pensaba en el triunfo de Alemania en la II Guerra Mundial.

No obstante, perdida la contienda, en la "Unidad del mundo" (1951) no abandona su esfuerzo por diferenciar su idea "europea" de Imperio, de la propia del universalismo de los países anglosajones (asimilador de pueblos) y del universalismo del Oriente bolchevique de signo revolucionario mundial, e insiste en que "el ius publicum europaeum" implicaba una unidad del mundo. Era una unidad Europeo-céntrica, no era el poder político centralista de un único dueño de este mundo, sino una formación pluralista y un equilibrio de varias fuerzas".

Aunque en 1951 quedaba muy lejos la Unión Europea, en aquél año Schmitt ya descubría los perfiles del "Gran Espacio" europeo posible, un Imperio austro-húngaro redivivo.


Carl Schmitt dudaba de Europa

Si bien es cierto que el "sabio de Plettenberg" teorizaba sobre un "Gran Espacio" dirigido y custodiado por Alemania, respetuoso con los Estados que quedasen bajo su égida, no era optimista sobre su consecución.

En "La revolución legal mundial" (1978) advertía: "El progreso hacia la revolución mundial no va acompañado por una voluntad política paralela hacia la unidad política de Europa o, incluso, hacia una revolución europea. Las fuerzas y poderes de la política mundial que luchan por la unidad política del mundo son más fuertes que el interés europeo por la unidad política de Europa. La legalidad de una revolución europea tendría que suponer la existencia de un patriotismo europeo para estar capacitado para formar una asamblea constituyente en el sentido de la tradición constitucional europea" (pags 184 y 185)

El anticipador del Gran Espacio se equivocó sobre las condiciones de su éxito, pues el "Gran Espacio" europeo no se constituye sobre la base de un nuevo patriotismo, ni siquiera sobre una voluntad política unitaria.

El desafío, el "challenge" en términos de Arnold Toynbee, que ha tenido que enfrentar la Unión y que le puede permitir alcanzar un nuevo estado civilizatorio (el Gran Espacio) no ha sido político sino económico: la gigantesca y creciente deuda pública de los Estados del sur de Europa que amenazan la supervivencia de la piedra angular de la Unión Europea, que no es otra que su moneda, el euro.   

Era obvio que Schmitt no podía acertar en el procedimiento, pues era imposible pensar que políticos tan estúpidos como los habidos durante los últimos decenios en España, Italia, Grecia, Portugal o Francia sirviesen en bandeja de plata un "Reich" europeo a Alemania por el sencillo método de que ésta sabe administrar sus cuentas y los otros no.  

El control alemán y de sus aliados, de la totalidad de las políticas económicas de los Estados despilfarradores de la Unión para controlar sus ridículas y depresivas deudas, ha creado un "Gran Espacio" político en Europa basado en la idea de "la equiparación entre progreso técnico y progreso en general" (pag 155)

En suma, el padre espiritual y político del "Gran Espacio" europeo que puede convertir al s. XXI en el siglo de Europa, es un "Caballero Oscuro" que pocos se atreverán a reconocer, el coloso e indomable Carl Schmitt.

Sus textos agrupados en el libro introducido, editado y anotado por el profesor Carlos Ruiz Miguel que acabamos de reseñar es un testimonio  incontestable del triunfo póstumo de un maldito.  



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domingo, 26 de julio de 2020

"Covid 19, Operación Acordeón" VII



Para Celia, que tiene el secreto de la felicidad: "sin Estado, sin Partido, sin marido"


La política monetaria del BCE choca con el TC alemán

Dejamos la serie anunciando que la segunda traba que impedía la continuación de la política monetaria expansiva era la institucional, concretamente una reciente sentencia (la de 5 de mayo de 2020) del Tribunal Constitucional Federal Alemán (TCFA) sobre el programa de compra de deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros al mes, que ha venido desarrollando el Banco Central Europeo (BCE) desde marzo de 2015 conocido con las siglas PSPP, y que se resume en la famosa frase de su Gobernador por aquel entonces, Mario Draghi: "dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme: será suficiente" (26 de julio de 2012).

En la referida sentencia de mayo el Tribunal Constitucional teutón exigía a su Banco Central (Bundesbank) que reclamase al BCE que en tres meses (agosto de 2020) éste le concrete por qué considera que el programa PSPP no ha supuesto desde que se implantó una extralimitación de sus competencias en política monetaria por invadir esferas propias de la política presupuestaria de los Estados miembros, pues si fuera así, el Bundesbank no podrá seguir participando en la ejecución del programa de deuda del BCE.

Los análisis posteriores a la sentencia del TCFA se centraron en valorar si los Tribunales Constitucionales de los Estados de la UE tienen jurisdicción sobre una entidad como el BCE.


¿Puede controlar el TC alemán al BCE?

El dilema residía en conocer qué instancia judicial (las nacionales o el Tribunal de Justicia de la Unión Europea) podía juzgar si alguno de los órganos comunitarios actuaba de conformidad con sus competencias. 

La duda sobre la competencia jurisdiccional estaba motivada porque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ya se pronunció sobre si el PSPP se ajustaba a la legalidad (sentencia de 11 de diciembre de 2018, a requerimiento precisamente del Tribunal Constitucional alemán) y estimó que sí lo hacía.

El catedrático Carlos Ruiz Miguel dejó claro en un artículo publicado el 13 de mayo, que si hay una delegación de competencias no puede ser el beneficiario de la delegación quien decida los límites de la misma. Quien decide al respecto es el delegante, no el delegado. Y puesto que los delegantes son los Estados, son éstos quienes tienen la potestad de juzgar si sus competencias delegadas han sido o no excedidas.

Dado que la delegación por los Estados de la política monetaria en el BCE tiene su origen en la Constitución de cada país, corresponde a los Tribunales Constitucionales de cada Estado miembro controlar si la delegación concedida al BCE se está ajustando a la atribución concedida o si se está excediendo.
Y eso es lo que ha hecho el Tribunal Constitucional Federal alemán.


El TC alemán se apoya en el Tribunal de Luxemburgo para pedir cuentas al BCE

No obstante, más allá del asunto competencial que creo resuelto, el análisis de la sentencia del Tribunal Constitucional alemán y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) nos ratifica que ambas coinciden sobre el hecho de que el BCE tiene prohibido "ofrecer financiación monetaria a los Estados miembros", es decir, no puede financiarlos imprimiendo y entregando euros a cambio de su deuda pública, porque ello supondría incumplir el artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.


Así, declara la sentencia "que el programa no permite que los Estados miembros adopten una política presupuestaria que no tenga en cuenta el hecho de que la continuidad de la ejecución del programa PSPP no está garantizada en modo alguno a medio plazo y de que, en consecuencia, se verán obligados a buscar financiación en los mercados en caso de déficit".
"Por otro lado, los efectos del programa PSPP sobre los incentivos para aplicar una política presupuestaria sana se ven limitados por la restricción del volumen mensual de todas las adjudicaciones de valores públicos, por el carácter subsidiario del programa PSPP, por los límites de la cuota de emisión y de emisor (que implican que sólo una minoría de los bonos emitidos por un Estado miembro pueden adquiridos por el SEBC en el marco del programa PSPP) y por los estrictos criterios de admisibilidad basados en la evaluación de la calidad crediticia".

En resumidas cuentas, el TJUE está diciendo que la política monetaria está subordinada a una "política presupuestaria sana", o lo que es igual, los programas del BCE como el PSPP et alii no pueden financiar los déficits "insanos" de los Estados miembros fabricando euros.

A la resolución del TJUE la podíamos resumir "por la boca muere el pez", pues precisamente lo que el Tribunal Constitucional germano reclama en su sentencia de 5 de mayo de 2020 es que el BCE, antes de que finalice el próximo mes agosto, pruebe de forma fehaciente que su programa PSPP ha cumplido las garantías que el propio TJUE le exige para asegurar que "no ofrece financiación monetaria a los Estados miembros".

Por tanto, el Tribunal Constitucional alemán no rebate al TJUE sino que se apoya en el mismo para, en el ejercicio de sus competencias, solicitar explicaciones al BCE.

Teniendo en cuenta que España, sin ir más lejos, ha incumplido desde 2012 hasta la fecha todos los Programas de Estabilidad que recogen las previsiones de déficit, los cuales sirven para justificar ante Bruselas el compromiso del país con los objetivos de estabilidad fijados por la Comisión Europea (una "política presupuestaria sana" en boca del TJUE) que son los que permitirían que los programas del BCE no incumpliesen "la prohibición de financiación monetaria a los países miembros", podemos anticipar que el BCE va a tener complicado justificar ante el Bundesbank que el PSPP no lleva financiando desde su vigencia de forma ilegal los crecientes déficits del Reino de España, entre otros.


El acuerdo Merkel-Macron para salvar al BCE

El anterior razonamiento se les escapa a Presidentes tan preclaros como Rajoy o Sánchez. O no, pero les da lo mismo.

Sin embargo, no les ha dado igual a Macron ni a Merkel, que ante la evidencia de que la sentencia del TCFA de 5 de mayo estrecha el cerco de la política monetaria expansiva que el BCE lleva aplicando en la Unión durante al menos el último lustro, el pasado 18 de mayo (menos de quince días después de la sentencia del Tribunal Constitucional alemán) tomaron raudos la iniciativa de crear el loado fondo de reconstrucción de medio billón de euros en transferencias directas no reembolsables, que finalmente quedó reducido a 390.000 millones en la cumbre europea de 17 de julio; y que en puridad significa el precio que Alemania y sus frugales aliados están dispuestos a pagar, a cambio de la total intervención por Bruselas de las políticas presupuestarias de los Estados de la Unión Europea con déficits incontrolados que pretendían seguir sobreviviendo gracias a la emisión monetaria del BCE vía adquisición de su deuda pública (léase España e Italia)

Es el inminente (este mismo mes de agosto) choque de trenes entre el BCE y el Bundesbank con ocasión del requerimiento de éste al primero al objeto de que le acredite lo imposible (que el programa PSPP "no viola la prohibida financiación monetaria de los Estados") lo que obligaba a que antes de que finalizase julio, el Consejo de Gobierno de la Unión (los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países) cerrase un acuerdo con el que demostrar, entre otros, al electorado alemán, a su Tribunal Constitucional y a su Banco Central, que si bien el caduco PSPP era un programa no ajustado a la normativa europea, a partir de ahora la política monetaria del BCE no financiará los déficits de los Estados manirrotos porque Bruselas, Alemania y sus aliados ahorradores pasan a controlar de forma directa los presupuestos de los "deudistas".  

Llegados a este punto, ya les he desvelado la alternativa elegida por Merkel y su aliado Macron para realizar la imprescindible ampliación de capital que exige el "Covid 19, Operación Acordeón".

Los detalles en la próxima entrega.


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lunes, 20 de julio de 2020

"Deudismo", la nueva lucha de clases.


Los sistemas políticos con competencia electoral contienen un  sencillo mecanismo que transforma el robo político en premio para los que lo propugnan y practican: "todo para el pobre".  

Si un tipo pretendiese atracar a Fulano para dárselo a Mengano quizás estuviera bien visto si alegare la excusa de que el último era una "persona vulnerable", aunque tendría un abrumador número de papeletas para ingresar en prisión.

No obstante, si el ladrón es un "servidor público" el elogio del pillaje será recompensado por los ciudadanos en las urnas.

¿Por qué ocurre esto?

Por otro sencillo mecanismo: el pobre lo es por culpa del rico que se apoderó ilegal y/o ilegítimamente de lo que no era suyo. 

Dado que para la clase política expropiadora en el origen de cualquier riqueza reside un pecado, el posterior despojo por el Estado supone un acto de expiación con el que se pretende restaurar un equilibrio que nunca se llega a conseguir del todo.

Podríamos decir que el medieval Robin Hood es el icono de la progresía mundial tanto de derechas como de izquierdas: el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Tremenda paradoja que ilustra cómo el consenso socialdemócrata avanza retrocediendo. Concretamente hasta la Edad Media y sus bosques de Sherwood.     

No obstante, al Estado no le basta con el creciente expolio fiscal con la excusa de la pobreza que él se encarga de fomentar, y por eso solicita la ayuda de la deuda como nueva arma "robinhoodiana".  

Cabría preguntarse por qué la desigualdad sólo debe corregirse y no eliminarse, si los "bondadosos políticos" dicen conocer la causa que la provoca: la riqueza.  

Detengámonos un momento en escudriñar por qué la desigualdad se amortigua, pero no se liquida. Por qué el pecado de lesa humanidad que es la abundancia debe pervivir, pero atenuado.

Nos dicen que mientras que la desigualdad exista debe corregirse porque su origen es un robo (incluso el salario es un latrocinio que debe ser intervenido por el Estado estableciendo un salario mínimo) pero dado que su reducción exige cada vez más impuestos y más deuda, parece que la riqueza, causa de la desigualdad, no para de aumentar.

Por tanto, para la clase política existe una relación directamente proporcional entre riqueza y desigualdad: a mayor riqueza, mayor desigualdad. Y a mayor desigualdad, más impuestos y más deuda.

Entonces, ¿por qué insistir con insuficientes paliativos como los impuestos y la deuda cuando se pregona que la causa del mal que supone la desigualdad no es otra que la riqueza?

Si el objetivo económico del Estado es acabar con la desigualdad, pero el crecimiento de la riqueza no sólo no puede acabar con la desigualdad, sino que la aumenta, ¿por qué los políticos no destruyen la riqueza para alcanzar la igualdad? ¿por qué no llevan la persecución hasta sus últimas consecuencias?

La pregunta se contesta con otra: ¿quién dice que la inmensa mayoría de los políticos no destruyen la riqueza por medio de impuestos y endeudamiento?

Sólo difieren en grado.

Unos lo hacen por la vía rápida, sin concesiones de cara a la galería; mientras otros alegan que la riqueza no es mala, sólo es un poco mala. En éste último caso robar un poco, a plazos, es legítimo para prolongar la agonía de la gallina de los huevos de oro.  

¿Pero cómo se ejecuta el robo?

El que se realiza a los ciudadanos por medio de los impuestos no necesita mayor explicación.  

El que se pretende aplicar a los ahorradores vía deuda, sí, pues tiene un fuerte componente de irracionalismo.

El robo por medio de la deuda, que en este preciso momento denomino "deudismo", ocurre cuando el Estado pedigüeño tiene la desfachatez de solicitar que el dinero que reciba no lo tenga que devolver o pueda disponer de él de forma incondicional. Es decir, la deuda convertida en regalo.

Si alguien en su sano juicio se presentara a cualquier prestamista con semejante pretensión sería tildado de loco.

Pero si eres Presidente de Gobierno de Italia o de España te escuchan en cumbres políticas como la celebrada este fin de semana en Bruselas, e incluso te conceden esos regalos envueltos en empréstitos.

Como ven, la locura del que pide no es mayor que la vesania del que da.

¿Y por qué el frugal ahorrador presta?

Porque los que piden tienen una ideología, el "deudismo".

Les remito a los primeros párrafos de éste artículo: la riqueza, especialmente la del ahorrador, es un pecado que sólo puede ser expiado por un Estado que primero exige financiación, y luego repudia su deuda, no la reconoce, la impaga o la considera una graciosa concesión porque en realidad el capital que recibe no es un préstamo ni una donación vinculada, sino un atraco, y transformar el delito en regalo sólo es un acto de justicia "democrática" (?) para compensar la estafa financiera que está en el origen de cualquier deuda. 

No obstante, aún hay alguien cuerdo que se atreve a defender la riqueza y su atesoramiento.

Lo que no sabe es que intentando que el que da recupere su préstamo o condicione su donación, está reinventado la lucha de clases.

De la lucha de clases entre capital/trabajo hemos pasado a la de Estados deudores-Estados acreedores.

La guerra acaba de empezar.


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miércoles, 24 de junio de 2020

"Covid 19, Operación Acordeón" VI


Habíamos dejado la serie enumerando las alternativas de Merkel para realizar la ampliación de capital que la Unión Europea precisa si quiere evitar la pérdida de confianza en el euro, lo que supondría el fin de aquél proyecto político y su relevo por el nacionalismo económico, esto es, "cada país, una moneda". 


SÁNCHEZ Y CONTE LE DICEN A MERKEL QUE QUIEREN SER TRATADOS COMO LA ANTIGUA ALEMANIA DEL ESTE     
              
La primera opción era seguir el mismo procedimiento que utilizó Helmut Kohl para lograr la reunificación germana: rescatar a los países débiles con transferencias directas sin obligación de reembolso. 

Fondos de cohesión, subvenciones e "Impuesto de Solidaridad" que terminó suponiendo durante más de 20 años un 5,5% del IRPF que pagaban los ciudadanos alemanes.

Viendo el coste que supuso (entre 2 billones y 1,3 trillones de euros) repetirlo, pero a mayor escala (Italia, España) simplemente es inviable.

Si he traído a colación esta ridícula posibilidad como alternativa es porque era y sigue siendo el plan de Sánchez o del primer ministro italiano. 

Llevan defendiéndolo durante más de tres meses en las instancias europeas sin sonrojarse.

Una propuesta sin ninguna memoria económica en la que apoyar la solicitud, pues en realidad no es un programa sino un relato para consumo de electores predispuestos a que les engañen.

Pero al relato le tumba el dato. Y el dato comparado es el coste de la reunificación alemana, que además de demostrar que es irrealizable financieramente el rescate a fondo perdido de la economía española,  nos enseña que el éxito de la operación teutona fue más que discutible en términos de integración económica, pues la adopción de Alemania del Este por parte de sus vecinos del Oeste ha dado lugar a una familia desestructurada.  

No obstante, la pretensión de los países del Sur de Europa de que otros  les rescaten supone el reconocimiento de que ya no tienen capacidad de endeudarse, pues no buscan préstamos, sino donaciones, dinero a título gratuito, "deuda perpetua".  
Y lo realmente inaudito es que sabiendo que no pueden pagar nuevos créditos, no intentan reducir sus desequilibrios gastando menos y creciendo más.

Por contra, se empeñan en obtener regalos para seguir con su agenda política. O lo que es igual, "tu dinero, mi programa".

Hemos pasado de la inmoralidad de contraer deuda que pagarán las generaciones futuras, a la aún mayor inmoralidad de implorar dinero que no pretendemos reembolsar.

Esto nos da la pauta para introducir la segunda alternativa, que en realidad supone volver a la primera inmoralidad.


 "VIVA EL VINO"  Y QUE SIGA PAGÁNDOLO EL BCE


La Unión Europea jamás contempló como una propuesta seria el plan de Sánchez, mera copia del utilizado por Alemania para su reunificación.

Sin embargo, no ha abandonado el modelo de salida del "crash" de 2008: que el BCE financie nueva deuda y monetice los crecientes déficits.  

Ahora bien, la continuidad de la misma política monetaria tiene dos rémoras.
Una económica y otra institucional.


Más deuda no es la solución, es el problema


Para entender la primera expongamos brevemente cómo el BCE hace posible la expansión casi ilimitada de la deuda pública de los Estados europeos.

El BCE compra los bonos que emiten los Estados miembros de forma directa (mercado primario)

El BCE adquiere, por ejemplo, el bono español generando un crédito para su adquisición cuyo importe tiene que ser devuelto por España en un tiempo determinado, aunque el BCE también tiene la posibilidad de recuperar el crédito vendiendo el bono en el mercado secundario.  

El problema de este instrumento de política económica es que funciona cada vez peor. Y no sólo en Europa.  

Que los Bancos Centrales de los países occidentales hayan comprado la deuda de sus Estados ha supuesto para aquéllos que un aumento en su balance de bonos públicos del 100-120% durante el periodo 2008-2019, sólo añadió al crecimiento económico de sus naciones entre el 16 y el 19%.

Es decir, para conseguir un 1% de crecimiento, los Bancos Centrales tuvieron que aumentar en un 5% sus compras de bonos de los Estados. O lo que es igual, se ha necesitado un 5% más de endeudamiento por cada 1% de crecimiento añadido.

Que la relación deuda-crecimiento durante los últimos doce años para los países desarrollados haya sido de 5 a 1 nos indica que mayor deuda sólo genera menor crecimiento.

¿Por qué aportar más liquidez al sistema comprando deuda pública no consigue incentivar la economía para que, al menos, pueda devolver el préstamo que los Bancos Centrales hacen a los Estados adquiriendo sus bonos?

Por la sencilla razón de que el crédito barato estimula la supervivencia de las empresas ineficientes, con nulo crecimiento y bajísima productividad.

Es decir, el dinero que procura la nueva deuda se destina a gasto público improductivo o a proyectos económicos obsoletos que se mantienen de forma artificial gracias a una financiación regalada. Y así no se crece.

Las instituciones de la Unión Europea son conscientes de lo que estamos exponiendo, y aunque a día de la fecha sigan haciendo lo mismo, esto es, seguir comprando la deuda de los Estados por medio del Banco Central como forma de paliar otra crisis, saben que sólo es un parche, pues los países continúan instalados en el paro, los salarios bajos, el invierno demográfico y la parálisis inversora que perpetúa la baja productividad. 

                                 El TC alemán ha dicho basta 

Pero además del factor económico, hay otro institucional que bloquea la posibilidad de que la ampliación de capital de la Unión Europea se realice sólo aumentando deuda financiada por el BCE.  


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miércoles, 10 de junio de 2020

Ley de amnistía o jaque mate al régimen monárquico



Desde hace varias semanas vengo repitiendo en twitter este mensaje: se puede vislumbrar el interés del Gobierno en la promulgación de una ley de amnistía para los actos y decisiones políticas que tomaron durante el Estado de Alarma con motivo del Covid 19.

Y añado que podría adoptarse con el visto bueno del monarca a cambio de que la oligarquía política (PP y PSOE, fundamentalmente) le garantice la continuidad en la Jefatura del Estado.

Creo que el "ruido" generado tanto por el Gobierno (bulos sobre un imaginario golpe de Estado de la derecha) como por el PP a raíz de la gestión de la pandemia tiene mucho de ópera bufa, de farsa porque tanto derecha como izquierda fueron protagonistas de malas decisiones.

La más flagrante, pero no la única, fue la orden de no trasladar a los ancianos infectados por el Covid 19 de las residencias a los hospitales.

¿Responsables? Comunidades Autónomas (CC.AA.) de todo color político, y principalmente el propio Gobierno que concentró todas las competencias sanitarias con ocasión del Estado de Alarma.

La calificación de los presuntos delitos (homicidio imprudente, denegación de auxilio...) aún no está definida, pero apuesto a que la Fiscalía ni lo intentará.

Todo queda a merced de los incontrolables jueces de primera línea, esto es, los de Instrucción.  

Esto lo conoce el Gobierno, y aunque parece más que probable que actúen contra dirigentes no aforados de ambos lados del espectro político, lo natural es que el "premio gordo" lo reciban los burócratas designados por Moncloa.  

Es obvio que las instancias judiciales superiores serán quienes tengan la última palabra, pero aun así ¿ustedes creen que se puede tener en las instituciones a políticos imputados por supuestos delitos de homicidio de decenas de miles de personas?

¿Qué Estado puede soportar el bochorno de que su vicepresidente y algún ministro gobierne de día mientras prepara su defensa judicial de noche?

La cuestión es que está en manos de la clase política librarse de la ya inminente tormenta judicial, aunque el camino no esté exento de dificultades.  

Así, la única solución que permitiría terminar, antes de empezar, con las posibles consecuencias penales derivadas de la gestión gubernamental del Covid 19 es una ley de amnistía, pues es el único expediente que garantiza el perdón de los presuntos delitos, evitando así la multiplicación de procedimientos en las distintas instancias penales del país.  

Los indultos no serían suficientes dado que éstos suponen el perdón de la pena (no ingresarían en prisión) pero no del delito, por lo que los políticos seguirían siendo culpables de la condena que eventualmente se les imponga, y por tanto tendrían que buscarse otra profesión.

¿Les parece aventurada mi hipótesis?

Analicemos los hechos porque nos enseñan que el Gobierno, como principal responsable, se está trabajando la extinción de su responsabilidad criminal.  

El lunes 8 de junio concurrieron dos decisiones simultáneas de la Fiscalía.  

La primera fue solicitar el archivo de las diligencias abiertas por la titular del Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid, entre otros, contra el Delegado del Gobierno en ésta Comunidad Autónoma por su actuación los días previos al estallido de la pandemia; y la segunda fue la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de investigar a Juan Carlos I por unas comisiones a raíz de su intervención para que se concediesen las obras del AVE a La Meca a un consorcio empresarial español.

Si creen que las dos actuaciones fruto del órgano dirigido por la ex-ministra de Justicia de Sánchez son casualidad está en su derecho.

Yo considero que están vinculadas con una intención manifiesta: enviar el mensaje de que no habrá paz para nadie si no la hay para el Gobierno y sus aliados. 

Así, la petición de la Fiscalía del archivo de las actuaciones del Juzgado de Madrid cuando ya hay un informe pericial que señala claros indicios de criminalidad, supone una provocación no al Poder Judicial (la juez simplemente ha denegado el archivo y seguirá con el proceso) sino a la oposición, pues el Gobierno con uno de los índices más altos de mortalidad por Covid 19 de todo el mundo en relación al número de habitantes, presume de utilizar a su favor todos los órganos del Estado para garantizarse la inmunidad, mientras acusa a la Presidenta del PP de la Comunidad de Madrid de delincuente por el trato a los ancianos.

Pero la provocación se extiende a la Corona.

Que la Fiscalía se reserve la investigación abierta en Suiza a Juan Carlos I por no declarar a Hacienda una presunta comisión por prestar servicios de "lobby", que reportó un gran negocio a las industrias nacionales que competían con Francia por el contrato del AVE a La Meca; supone una burla cuando la misma Fiscalía ha removido Roma con Santiago para impedir que el Delegado del Gobierno en Madrid deponga ante una Juez que dispone de datos que acreditan la posibilidad de que haya sido responsable de innumerables delitos de homicidio por imprudencia.   

Por si lo anterior no fuera suficiente, el mismo 9 de junio se produjo otro aldabonazo a la Casa Real.

Concretamente, la amenaza, la sola amenaza de una iniciativa parlamentaria del partido minoritario del "Gobierno pandemial" de abrir una comisión de investigación sobre Juan Carlos I por los mismos hechos que va a investigar la Fiscalía.

Supongo que esto habrá sido entendido por el Rey como un chantaje del Gobierno con el objetivo ya descrito más arriba: o se garantiza la inmunidad judicial al Gobierno o será el fin de la Monarquía.

Por casualidad, el mismo día 9 se supo que la Fiscalía de París va a investigar a la Administración del país vecino a resultas de las decisiones tomadas con ocasión de la epidemia, con especial atención a la gestión de las residencias de ancianos, foco de la mitad del número de fallecidos.

Pues bien, en España la Fiscalía (y el Parlamento controlado por el Gobierno) pone todo su celo en averiguar si el ex-rey defraudó al fisco en 2014 con motivo de un contrato internacional que logró para las empresas españolas, y miembros del Gobierno señalan públicamente a los Presidentes autonómicos de la oposición por haber cometido supuestos delitos derivados de la gestión del Covid 19.

Sin embargo, el mismo Gobierno intenta neutralizar las causas judiciales a sus cargos de confianza por supuesta negligencia en la propagación de una enfermedad que ha ocasionado la muerte a más de cuarenta mil personas, precisamente cuando el Gobierno asumió todas las competencias de gestión gracias al Estado de Alarma; al tiempo que bloquea cualquier investigación parlamentaria y/o científica sobre los mismos hechos solicitada por el PP.

¿Por qué entonces el Gobierno que intenta zafarse de la persecución muestra aquélla voracidad perseguidora?

En realidad, el Gobierno sabe que sólo una ley de amnistía puede salvarlo de un peligroso control que no puede domeñar: una miríada de jueces por todos los rincones de España escudriñando cada decisión tomada antes y durante la emergencia sanitaria del Covid 19 (incluidas las oscuras compras de material)

Y para lograrlo necesita que tanto la oposición como la Corona tengan responsabilidades penales y/o políticas que expiar con el objeto de que la tentación de evitarlas mediante una ley de amnistía les sea irresistible, aunque el máximo beneficiario sea el Gobierno liberticida.  

¿Aceptará el trato el PP a cambio de salvar a Díaz Ayuso en Madrid?

A la luz de las declaraciones de la figura emergente en el partido, el alcalde de Madrid Martínez-Almedia, en las que distribuye culpas a derecha e izquierda, parece que estaría por la labor. 

¿Aceptará el Rey el cambalache si le asegura el Presidente que ya ha engañado a todos la continuidad en la Jefatura del Estado?


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miércoles, 3 de junio de 2020

"Covid 19, Operación Acordeón" V



Ampliación de capital, Imperio austrohúngaro y Gran Espacio Europeo


El 18 de marzo del presente, muy poco después de decretado el primer Estado de Alarma, publiqué el primero de una serie de artículos con el título "Covid 19, Operación Acordeón", donde afirmaba que vivíamos los efectos de un golpe de Estado planetario a cuenta de la pandemia, con la finalidad de consumar una "operación acordeón" a la economía mundial donde la clave sería la ampliación de capital para cambiar el sentido del curso económico.  

Perdonen la autocita:

 "¿Pero quiénes suscribirán las ampliaciones de capital?  
 Obviamente, los capacitados para absorber la estructura económica de los países y su deuda (las grandes corporaciones internacionales, China, EE.UU...)" 

Más de dos meses después del artículo, podemos ratificar que el control y manejo de la deuda pública de los países que han visto reducir sectores estratégicos de su estructura económica a cero, sigue siendo el nudo gordiano de la salida de la crisis.  

Sin embargo, me equivoqué por lo que respecta a los teóricos suscriptores de la ampliación de capital de los países europeos, pues no serán ni China, ni EE.UU. ni siquiera las empresas transnacionales.

Será la propia Unión Europea, aunque el liderazgo corresponda a Alemania, con el contrapeso francés.

Podemos empezar por el final, pues lo que ya se vislumbra es un ambicioso programa de economía política que si tiene éxito transformará a la Unión Europea en un "Gran Espacio" semejante a EE.UU. o China, pero con su propia idiosincrasia.

Cabe imaginarlo como un Imperio similar al descentralizado austrohúngaro, donde la dirección económica teutona que se impondrá a través de la Comisión Europea, convivirá con los gobiernos y parlamentos nacionales que se encargarán de administrar el proyecto en cada uno de los territorios.

La multiplicidad de identidades hará difícil la existencia de una ciudanía común, pero ello no impedirá la centralización en el "Gobierno europeo" de inspiración germana, de las tres principales herramientas de la política económica, esto es, la monetaria, la fiscal y el gasto público.

Los "democráticos" poderes estatales que se hallen maniatados por sus gigantescas montañas de deuda pública, tendrán voz y voto: amén y sí.  

En términos políticos será una coalición franco-alemana donde las competencias de Defensa y de Política Exterior previsiblemente se delegarán en Francia, pues no en balde dispone del arma atómica y es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero las económicas quedarán reservadas a los germanos y a los países de su área de influencia.

Insisto. El Gran Espacio Europeo será un remedo del Imperio austrohúngaro, donde la República Francesa sustituirá en la dupla al Reino de Hungría.

¿Acaso existe otra alternativa mejor ante la postración de Europa después de la epidemia?

En realidad, el famoso Covid 19 no será causa de nada, sino la excusa que necesitaban los "genios invisibles" (Guglielmo Ferrero) para cambiar el rumbo de la "nave Euro" que amenaza hundimiento por el peso de sus déficits estructurales que hoy desbordan las sentinas y bloquean su avance.   

La deuda, un combustible de mala calidad, ya no produce la energía que la "nave Euro" necesita para alcanzar la velocidad de crucero. Por contra, está inundando el barco y dañando seriamente el motor de su crecimiento, siendo la causa principal de un progreso cada vez más lento.  

Ante esta situación a la canciller Merkel, cabeza visible de "los genios invisibles" europeos, se le planteaban tres posibilidades para "pagar la paga":

a) Seguir el camino que emprendió Helmut Kohl para rescatar a la Alemania del Este en el momento de la reunificación. 
Es la opción de Sánchez y del compañero de viaje que no le iba a dejar conciliar el sueño, aunque como dice el refrán "dos que duermen en el mismo colchón son de la misma opinión".

b) Más de lo que nos ha llevado hasta aquí, esto es, BCE a la enésima potencia. 
En definitiva, dejar que la "nave Euro" naufrague y tomar un bote salvavidas despreocupándose del resto del pasaje.

c) Lo que va hacer para que "pagar la paga" (la ampliación de capital) no termine en quiebras generalizadas.

Nos detendremos en cada una de las alternativas. 


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