domingo, 29 de marzo de 2020

Covid 19, Operación Acordeón II


Confinamiento, golpe de Estado zen y rescate


Mientras un tercio de la población mundial vive confinada en sus casas a causa del Covid 19, a las lagunas de Venecia han vuelto los peces.   

La frase podría servir para una clase de primero de taoísmo, el yin y el yang, el equilibrio entre lo bueno y lo malo. 

No obstante, a pesar de que una tercera parte de los ciudadanos del 
mundo estén en cuarentena (casi la totalidad de los habitantes de  los países occidentales) la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide más. Y Sánchez se lo concede ordenando la paralización de toda actividad económica considerada "no esencial". 

¿Por qué? ¿Acaso quiere la solemne institución internacional que aparezcan tiburones en los canales venecianos?  

¿Quizás es cooperadora necesaria del golpe?

No lo sé, pero el golpe de Estado planetario, vía confinamiento, es algo más que una concesión literaria que utilicé por primera vez en el artículo "Covid 19, Operación Acordeón" en el que explicaba que el famoso virus había propiciado la oportunidad de someter a la economía mundial a lo que en Derecho Mercantil se conoce como "operación acordeón".

¿Por qué utilizo la figura del golpe de Estado? Porque los efectos del virus suponen un ajuste económico (en empleo, producción, precios...) de dimensiones colosales sin la intervención de los que pueden legitimarlo en un sistema democrático (los agentes sociales y la ciudadanía). Es una "operación acordeón" a las bravas, sí o sí.  

La principal originalidad del golpe radica en que no ha necesitado de la violencia para su puesta en marcha.  

Otro elemento novedoso es que gracias a la retirada de los humanos a sus casas, el "putsch" cuenta con el visto bueno del ecologismo de toda condición, cuya ideología se puede resumir en que la madre Tierra es un organismo que se autorregula de manera armónica cuando los hombres la dejan en paz.

La ausencia de violencia y el respeto al medio ambiente era condición necesaria para que un golpe de Estado pudiera tener éxito en Occidente en el s. XXI.

Y aquí está. El primer "coup d´État" mundial gracias a una táctica zen: el recogimiento, el confinamiento.

Ahora bien, toda mística religiosa que se precie se basa en la paradoja ("muriendo se resucita a la vida que no conoce fin" dice el último verso de la oración de San Francisco)

De la misma manera, la táctica zen del golpe de Estado que ha  hecho posible una "operación acordeón" a escala global encierra una antítesis sublime: con la mínima fuerza (ha bastado la orden de no salir de casa) y en el mínimo tiempo (lo que dura una cuarentena) logra la máxima desvalorización de capital sin daño físico a las infraestructuras económicas.

La táctica que ha provocado el golpe no violento se denomina eufemísticamente "distanciamiento social", que garantiza la congelación temporal de la producción económica con la consecuencia de reducir capital de manera drástica y empezar otro proyecto político radicalmente diferente al quebrado.

No obstante, las modalidades de su aplicación dependen de cada país. 

El ejemplo más rotundo nos lo ofrece el Presidente mexicano López Obrador, que en un vídeo ha animado al pueblo a disfrutar de la libertad hasta que él les diga cuándo tienen que encerrarse. Habrá cuarentena, pero será cuando y como el amo quiera.

La distinta respuesta de Trump en EE.UU., de Boris Johnson en Reino Unido o de  países asiáticos como Corea del Sur, China, Japón o Singapur al desafío sanitario y económico del Covid 19, son muestras de que la táctica general del confinamiento se establece según los modos locales que cada Gobierno elige.

Lo relevante es que la forma de manejar el "distanciamiento" (fase de destrucción de capital) ya prefigura o anticipa cómo será la recuperación, la fase correspondiente a la ampliación de capital. 

No olvidemos que toda "operación acordeón" tiene un para qué, un
objetivo bien definido, que no es otro que abandonar una actividad empresarial en pérdidas para dar comienzo desde cero a otra nueva. 

El Presidente de Gobierno español parece que ya ha elegido su modelo. Y es el italiano de paralización total, salvo las actividades económicas consideradas esenciales.

Esta táctica de confinamiento deja al país con una sola alternativa
para el día después de la pandemia: el rescate de la Unión Europea debido a la ruina de las empresas.

Sánchez ya lo solicitó en la última cumbre europea del pasado 26 de marzo, reconociendo que ni se le pasa por la cabeza liderar una reconstrucción por sus propios medios.

No obstante, lo más llamativo es que su plan consiste en que la Unión Europea rescate a España financiando, sin condiciones macroeconómicas de ningún tipo, la deuda pública que el Gobierno considere necesaria para mantener el programa político del señor Sánchez. O sea, más de lo mismo.   

La rueda de prensa ofrecida por el Presidente el sábado 28 de marzo ratificó la evidencia de que su objetivo es el rescate europeo a coste cero y que él gestione los fondos sin ninguna reforma política, económica y social, porque él es "el representante del partido más votado" (Sánchez dixit).

Todo indica que el actual Gobierno de España y el de otros países del sur de Europa no han entendido la nueva situación, no consiguen comprender que sus economías están siendo sometidas a una "operación acordeón" (reducción de capital y simultánea ampliación) porque estaban quebradas, y que el desarrollo de sus países exige un nuevo proyecto donde sólo habrá capital si la política garantiza eficiencia y rentabilidad en lo económico y sentido común en lo social.  

Sánchez y los otros "Sánchez" europeos no han asumido aún que un suceso de fuerza mayor, pero de nulos efectos en términos de destrucción de capital físico, ha demostrado la insolvencia del sistema estatal (un caníbal con pies de barro) y que por tanto resulta absurdo construir otro idéntico sobre la base de los mismos parámetros, esto es, la demagogia política y la irresponsabilidad económica (déficit y deuda).  

A pesar de lo expuesto, me temo que Sánchez seguirá utilizando su única baza que no es otra que prolongar el confinamiento total, lo que tendrá el efecto de hundir todavía más la economía para de esa forma vencer las resistencias de los líderes europeos a su deseo de salvación sin condiciones.

No tiene otro plan, pero lo apurará aunque se resienta el bienestar de los españoles y nuestros derechos civiles los mantenga en cuarentena. 


Le auguro que la perderá, pues habrá rescate pero será el que decidan los "hombres de negro" de la "operación acordeón".


twitter: @elunicparaiso



miércoles, 18 de marzo de 2020

Covid 19, Operación Acordeón


            
A Jerónimo Molina Cano, que lo sabe casi todo.

  
      Cuando el Ministerio de Defensa chino ya ha anunciado que el próximo mes de abril empezará los ensayos clínicos con humanos con la vacuna para el Covid 19; cuando se espera que, al menos, decenas de miles de personas fallezcan aún a consecuencia de la pandemia y la economía mundial se ha hundido en menos de un par de meses, sólo Gaston Bouthoul (1896-1981) "un sociólogo marginado, pero no marginal" (Jerónimo Molina, "Guerra, demografía y complejos belígenos", Centro de Estudios Constitucionales, 2019) puede orientarnos sobre lo que está ocurriendo, que no es sino un proceso dirigido por el sector cuaternario, el sector de las actividades destructivas.

       No pretendo expresar ni siquiera una hipótesis sobre las causas, pues los efectos son lo suficientemente elocuentes: un ajuste intenso y a escala global de empresas en un brevísimo espacio de tiempo, manteniendo intacto el capital físico y las infraestructuras del sistema, sin resistencia de la población al desastre económico y social al encontrarse confinada por causa de fuerza mayor; y con un coste en vidas, sobre todo ancianos, relativamente pequeño en relación a la hecatombe económica provocada.

       Simplemente el primer golpe de Estado mundial e impersonal (al menos a día de hoy).

     Y por ser el primero será el único que se ejecute con tanta maestría, sencillez y precisión.

      La audacia del golpe está siendo de tal magnitud que si los autores fueran hombres se les podría caracterizar como los "genios invisibles de la ciudad" de los que hablaba Guglielmo Ferrero. No obstante, las consecuencias hablarían de su perversidad tanto como de su genialidad.   

       El inspirador teórico sólo podría haber sido Bouthuol, el creador de esa ciencia social difusa conocida como "Polemología", en la cual se estudia la importancia decisiva que tiene para la economía y la sociedad el sector  cuaternario, pues el coronavirus es la apoteosis de la devastación en tiempo récord que los gurús económicos llevaban pronosticando años y los políticos no sabían cómo conseguir sin provocar una guerra.


      El sector cuaternario se ha servido para sus objetivos de la hasta ahora progresista biología, pero no para avanzar, sino justamente para lo contrario.  

  Para que las bolsas reculen a valores anteriores a la crisis de 2008, para que las plantillas se reduzcan sin conflictividad social y las rentas por el arriendo de viviendas bajen siendo innecesario fijar precios máximos. Incluso para que los países se cierren plegándose sobre sí mismos.

    El Covid 19 es un virus, aunque pasará a la historia como un hito esencial en la sociología de los fenómenos destructivos.

     Por eso el nuevo paradigma científico será el organicismo,esto es, la analogía entre el funcionamiento de los seres vivos y las sociedades, con lo que ello supone de primacía de los conceptos nacimiento, desarrollo y muerte, pues ya no ha lugar al punto de vista exclusivo de la utilidad o la productividad.

   Ahora bien, toda destrucción para completarse necesita una sustitución de lo destruido.

       Siguiendo con el símil biológico u organicista, a la muerte sólo le reemplaza un nacimiento.

     ¿Cuál?

     Es pronto para saberlo, aunque la realidad de los acontecimientos impondrá su orden, porque el "putsch" del Covid 19 trae un nuevo orden, que nadie lo dude.   

    Quedémonos con el hecho de que la depreciación de todo tipo de activos se ha logrado en el tiempo que dura una cuarentena, con el "reseteo" del sistema económico no mediante complejos métodos de ingeniería política, sino a través de métodos mágicos (cuando las poblaciones se encerraron en sus casas por el virus el mundo era uno y cuando salgan será otro muy distinto aunque el paisaje sea idéntico).     

    Con estos datos me atrevo a hacer de Casandra y a pronosticar que el objetivo del golpe de Estado planetario era hacer posible lo que en Derecho Mercantil se conoce como "operación acordeón". 

   Cuando una empresa ha reducido su patrimonio por debajo del mínimo legal exigido, para no disolverse lanza una operación consistente en reducir y ampliar capital de manera simultánea. 

   Es decir, reduce el capital social, ajusta sus pérdidas y su endeudamiento con los acreedores (principalmente vía capitalización de deuda) e inmediatamente ejecuta una ampliación de capital que suscriben los nuevos socios para captar recursos y continuar trabajando con la misma infraestructura física (fábricas, oficinas...) y con el mismo personal, salvo los despedidos.  

         Los elementos clave son el cambio de accionariado y la compensación de las pérdidas que ahogaban el día a día de la actividad empresarial. 

         Estas operaciones siempre están vinculadas a un nuevo proyecto, de manera que tras reducir el capital a cero o a una cantidad próxima a cero, se espera disponer de nuevos recursos financieros como consecuencia de la ampliación de capital para así reiniciar el negocio desde bases sólidas. 

         Pues bien, el Covid 19 tiene el efecto económico-social de permitir que se aplique a la economía mundial algo muy parecido a una "operación acordeón", forzando una acelerada reducción de capital (depreciación de activos y ajuste de plantillas) y propiciando una nueva fase de acumulación gracias a una simultánea ampliación de capital.  

         Como hemos visto, toda operación acordeón tiene dos etapas. Estamos viviendo aún la destructiva consistente en la reducción de capital porque el virus sigue haciendo estragos, el confinamiento de la población continúa y aún no se pueden evaluar los daños.  

           No obstante, ya se está preparando la segunda fase consistente en la ampliación de capital, puesto que en eso consisten los anunciados programas expansivos de centenares de miles de millones que los políticos y las instituciones monetarias vienen lanzando los últimos días.  

         ¿Pero quiénes suscribirán las ampliaciones de capital?  

         Obviamente, los capacitados para absorber la estructura económica de los países y su deuda (las grandes corporaciones internacionales, China, EE.UU...) que supongo no desembolsarán más que una pequeña parte del capital que suscriban (el desembolso principal lo realizarán los ciudadanos vía impuestos), pero serán las dueñas del nuevo negocio-país porque detentarán sus acciones.           

       ¿Y Sánchez y su cuadrilla?       

     Sánchez es el último de una generación de políticos papafrita que sirvieron para entretener al público durante la fiesta.          

     Pero la fiesta terminó porque empieza una nueva era dominada por la dura realidad donde todas las fantasías que permitieron que Sánchez pudiera existir han caducado.

    Recordemos que las "operaciones acordeón" sólo se realizan cuando surge un nuevo proyecto que entierra al anterior, aunque se materializa con los mismos mimbres de que disponía el negocio fracasado. 

         España, el mundo, a pesar de conservar su estructura económica intacta, será otro cuando finalice el Covid 19, Operación Acordeón, pero ninguno de sus dirigentes se parecerá al Doctor Sánchez.  


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