Andan mis compatriotas soliviantados por la que dicen inactividad del Gobierno respecto al llamado golpe de Estado de la falange racista catalana.
Luego de la propuesta de
resolución de independencia presentada por las CUP y Junts pel Sí en el
Parlamento de Cataluña la ansiedad empieza a surgir.
¿Hay razones?
Si las hay no debería ser por la
supuesta dejadez de funciones del Gobierno.
Es obvio que la culpa de lo que
ocurre la tiene el actual Gabinete y todos los habidos desde que se promulgó la
vigente Constitución.
Pero también estoy seguro que el Estado
actuará para neutralizar a los facciosos por una cuestión de supervivencia.
Por tanto, el fin de la película
no es el problema, pues la derrota de los amotinados está más que cantada.
La única incógnita de la ecuación
es saber cómo se desarrollará la farsa.
Si su desenlace no admite dudas,
los intérpretes y el escenario tampoco.
Los protagonistas son los que
nadie esperaba, y sin embargo, sólo podían ser ellos, esto es, los exaltados.
El juguete roto Mas ha
desaparecido.
Después de las últimas elecciones
autonómicas donde la lista del hasta ayer partisano jefe Artur http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2015/07/el-partisano-mas.html no obtuvo mayoría
absoluta, la opinión publicada se devanaba los sesos pensando qué haría para
lograr el apoyo de las CUP a su investidura.
Es obvio que las CUP se han reído
del corrupto Mas durante varias semanas, pues los antisistema jamás estuvieron
dispuestos a delegar la dirección del proceso en un Presidente de la
Generalitat.
Esto nos da pie para introducir
el escenario.
La farsa tendrá lugar en el
Parlament convertido en un soviet.
La propuesta de resolución de
independencia se resume en seis palabras: todo el poder para el soviet.
Si contamos con los protagonistas
(las CUP y los compañeros de viaje de Junts pel Sí), con el escenario (el
soviet-Parlament) y sabemos el desenlace (el fracaso del golpe de Estado), todo
se reduce a lo siguiente: cómo desactivar un soviet en el s. XXI en un país de
la Unión Europea.
El objetivo de quien ostente la
dirección intelectual de las CUP no es la quimérica independencia de Cataluña,
sino convertir el Parlament en el Palacio de la Moneda del Chile de Allende.
Cuando vi ayer la rueda de prensa
de tres parlamentarios autonómicos de las CUP balbuceando los motivos (?) por
los que habían presentado la propuesta de resolución de independencia no tuve
la menor duda: el jefe de la banda (ignoro si es Fernández o Baños) cifra su
victoria personal en el martirologio de los suyos, pobres diablos que no saben,
políticamente hablando, ni dónde tienen la mano derecha.
La posibilidad de resucitar a
Salvador Allende en el Parlament de Cataluña más de cuarenta años después de su
muerte, resulta una oportunidad única de pasar a la historia con otra gigantesca derrota que una célula fanática de izquierdas no desaprovechará.
En realidad el problema del Estado
se reduce a esto: cómo liquidar el soviet-Parlament con el menor coste.
Naturalmente los ocupantes no lo
desalojarán de forma voluntaria y cada día que estén dentro será un triunfo
para ellos.
Además, cuanto más tiempo dure la
farsa más apoyos exteriores recibirán.
Ya estoy viendo manifestaciones
convocadas en la capital del Reino, incluso en París y en Londres, en apoyo a
los amotinados en el Parlament.
Si en Moncloa residiese Putin, el
hombre que usa la fuerza como primer recurso, ni siquiera me habría molestado
en escribir el presente artículo.
Sin embargo, ¿está dispuesto
Mariano Rajoy a acabar con el soviet en brevísimo plazo?, ¿tendrá el valor de
sacar uno a uno a los golpistas?, ¿asumirá la responsabilidad
de romper la decoración del soviet-Parlament y que luego le denuncien los
sediciosos y sus amigos en los Tribunales españoles e internacionales?
Mientras los españoles viven en
un ¡ay! por si un pelotón enajenado rompe el país, al Presidente del Gobierno,
que conoce el final, sólo le preocupa una cosa: cómo vaciar el soviet-Parlament.
Marx dejó dicho que la historia
se repite dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa.
¡Quién nos iba a decir que
tendríamos que contemplar la farsa, la patética farsa de ver la reaparición de
Salvador Allende en Barcelona!
@elunicparaiso