El comportamiento del líder de Podemos en las negociaciones previas a la investidura del Presidente de Gobierno tiene soliviantada a una parte no menor de la clase opinante (y a uno de los más acreditados divulgadores de Podemos, James "Rubalcaba" Dean, en calidad de Ministro de Interior el 15-M http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2014/06/el-anti-podemos.html) que no entiende lo que pasa.
El clímax de la exasperación se ha alcanzado luego de la rueda de prensa que Pablo Iglesias concedió después de su primera entrevista con el Rey, en la cual se atrevió a nombrar Gobierno, adjudicándose la Vicepresidencia, y repartiendo entre sus fieles los Ministerios esenciales.
Se dijo que "Leniglesias" había humillado al PP y al PSOE, regurgitado sobre Sánchez y absorbido a IU.
Todo el escándalo mediático se debe a que los tertulianos confunden la política con la aritmética, pues creen que tanto en aquélla como en ésta los números ordinales dicen la verdad.
Bajo esta forma de pensar les saca de quicio la siguiente evidencia:
¿Si el PP ganó las elecciones cómo es posible que la iniciativa política la lleve el partido que quedó en tercer lugar?, ¿por qué Podemos no se resigna a perder?
La explicación reside en que Podemos ha fabricado una radical bipolaridad entre ellos y todos los demás.
Y en esa dicotomía que funciona a prueba de mentiras en el caletre de sus votantes se han reservado el que consideran lado bueno, el del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, dejándoles a los otros reducidos a poco más que basura.
Cuando uno es la Espada de los Justos, ¿qué importa que los malvados sean más?
Cuando uno es la Espada de los Justos, ¿qué importa que los malvados sean más?
Por si lo anterior no fuera suficiente, la relación amigo-enemigo que han edificado puede darles el poder de forma inmediata porque una parte de los hasta ahora malos (PSOE) está dispuesto a unírseles para ser buenos.
El PSOE de los GAL, la corrupción institucionalizada y el desempleo masivo, el compañero de viaje de todos los nacionalismos racistas antiespañoles, ha decidido que para blanquear su pasado la mejor opción era vincularse a los autodenominados "pueblo" por el burdo método de aislar al Partido Popular.
Pedro Sánchez ha aceptado la bipolaridad, ¡qué error, qué inmenso error!, planteada por Podemos y ha elegido, cómo no, el flanco de los "buenistas".
Si el conflicto puede definirse como "la relación social determinada por la exclusión del tercero" (Julien Freund, ver "Lo político y la política", pág 151, Jerónimo Molina, Ed. Sequitur), bien podemos decir que tenemos uno perfecto.
La prueba quizás más evidente es el hecho de que ante la negativa de Rajoy a la propuesta del Rey para ser investido Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha decidido que él hará lo mismo hasta que el Partido Popular presente un candidato.
Pero hete aquí que en pleno fragor del combate aparece el citado tercero, el sólo aritméticamente insignificante tercero.
Es Ciudadanos. Es Rivera.
Un tercero inédito en términos de gestión política, y por tanto casi virgen, que liquida el juego bipolar por el procedimiento de socorrer al polo apestado (PP), siguiendo una máxima de la política clásica consistente en salvar a un enemigo cuando no estás seguro de tus posibles aliados.
Un tercero inédito en términos de gestión política, y por tanto casi virgen, que liquida el juego bipolar por el procedimiento de socorrer al polo apestado (PP), siguiendo una máxima de la política clásica consistente en salvar a un enemigo cuando no estás seguro de tus posibles aliados.
http://elunicoparaisoeselfiscal.blogspot.com.es/2016/01/perder-salvando-tu-enemigo-para-acertar.html
El riesgo para el tercero de actuar así no es otro que terminar atrapado en el conflicto amigo-enemigo, dado que quien ayuda a un antagonista de Podemos se convierte "ipso facto" en otro sujeto hostil más, y por ende, retratado como amigo del Partido Popular.
Es posible que a Rivera le disguste semejante foto, pero supongo que se consolará sabiendo lo que decía Raymond Aron cuando la "intelligentsia" le reprochaba sus compañeros dudosos en las peleas ideológicas con los comunistas: "escogemos a nuestros adversarios, no a nuestros aliados".
Es posible que a Rivera le disguste semejante foto, pero supongo que se consolará sabiendo lo que decía Raymond Aron cuando la "intelligentsia" le reprochaba sus compañeros dudosos en las peleas ideológicas con los comunistas: "escogemos a nuestros adversarios, no a nuestros aliados".
Sea como fuere, lo cierto es que la partición entre buenos y malos quiebra cuando uno de los teóricos bondadosos cruza la línea enemiga.
En esas circunstancias el polo de los justos sólo puede mantener la dualidad recalcando que el bueno se ha convertido en malo, esto es, en fascista, casta o simplemente de derechas.
Pero el virtuoso siempre tiene la sartén por el mango porque conserva el argumento definitivo: ha cruzado el Rubicón para acabar con los malos reales y proteger a los que nunca lo fueron.
No lucha por apropiarse en exclusividad del Bien (Podemos), sino que trabaja por la eventual expiación de los corruptos y la colaboración en el proyecto común de los que no lo son, para lo cual es necesario empezar tendiéndoles la mano a todos.
El tercero es el núcleo disgregador de la relación amigo-enemigo construida en torno a la división honrados-deshonestos, rectos-perversos, porque su misma existencia la desmiente.
Los atizadores de la exclusión, incluidos los miembros del Partido Socialista dispuestos a participar en un conflicto de buenos y malos que se demostraría groseramente falso, quedarán desautorizados.
Si Albert Rivera es capaz de hacer creíble el argumento de la regeneración de la mayoría, ésta le reconocerá su legítimo derecho a gobernarles para cumplir con su agenda reformista de cambio tranquilo pero de arriba abajo.
Hablo de la mayoría y no de todos porque los sectarios monopolistas del Bien se autoexcluyen de una propuesta transversal.
La ventaja de enfrentarse a una secta es que no es necesario cordón sanitario alguno. Se aíslan ellos solos.
Pero una secta sólo será una secta, no un bloque político con posibilidades de gobernar España.
El aritméticamente tercero será el vencedor, el "tertius gaudens" (el "tercero que se alegra") de Simmel.
Hace cuatro años escribí un artículo donde expresaba que para que se produjese un cambio en profundidad de la situación política española una Gran Coalición sería una etapa ineludible.
Hace cuatro años escribí un artículo donde expresaba que para que se produjese un cambio en profundidad de la situación política española una Gran Coalición sería una etapa ineludible.
El momento ha llegado.
Una Gran Coalición fraguada por Ciudadanos mediante la fórmula de gobernar con el PSOE con el apoyo en las Cámaras del PP en torno a un programa de reformas estructurales está en capilla.
Mis interlocutores habituales dudan de que estemos preparados para ello, de que Rivera sea la persona con el talento suficiente para superar el "guerracivilismo" y llevar a buen puerto la nave.
Es posible que estén en lo cierto, pero el tren está a punto de pasar y aunque la razón vacile quizás encontremos un aliento divino que nos ayude a superar con éxito la oportunidad.
Que terminemos a palos o sea el comienzo de una vida mejor sólo el Destino lo sabe.
Mis interlocutores habituales dudan de que estemos preparados para ello, de que Rivera sea la persona con el talento suficiente para superar el "guerracivilismo" y llevar a buen puerto la nave.
Es posible que estén en lo cierto, pero el tren está a punto de pasar y aunque la razón vacile quizás encontremos un aliento divino que nos ayude a superar con éxito la oportunidad.
Que terminemos a palos o sea el comienzo de una vida mejor sólo el Destino lo sabe.
twitter: @elunicparaiso