Este
artículo viene motivado por la noticia de que la Guardia Civil ha utilizado un latinajo
como nombre en clave de la operación en la que ha resultado detenido Francisco
Granados, número dos de Esperanza Aguirre, sí, pero también el número dos de
Tomás Gómez, José María Fraile.
¿Cuántos agentes o funcionarios de los que intervinieron, directa o indirectamente, en la "performance" saben latín?, ¿y cuántos la lengua teutona?, pues parece que “Gürtel”
es el apellido en alemán de Francisco Correa, el capo de la famosísima trama.
Me
atrevo a pronosticar que ninguno.
Por
eso creo que la policía no puso el nombre a “Gürtel” antes, ni a la operación
“Púnica” ahora.
¿Quién
ha sido el autor, entonces?
El
ex presidente José María Aznar dijo en 2005 en la comisión de investigación del
Congreso creada a raíz del atentado del 11-M algo muy parecido a esto: “los que
idearon el 11-M no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas”.
Es
obvio que los que se han inventado los nombres para denominar esas dos
actuaciones contra la corrupción política, aunque no deben ser policías,
tampoco deben andar muy lejos.
Pero
el señor Aznar también tiene dicho que “sean quienes sean los autores del 11-M,
consiguieron su objetivo: cambiar el curso político de España”.
¿Es
la operación “Púnica” un intento de cambiar el curso político de España,
aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid?
De
España, veremos.
De
la Comunidad de Madrid, fuese su objetivo o no, lo ha cambiado objetivamente,
pues ni Aguirre se podrá presentar ya como candidata a alcaldesa, ni Tomás
Gómez como elegible a la Presidencia de la Comunidad si el PSOE quiere tener
opciones reales de ocupar el cargo.
Habiendo
quedado deslegitimados sus lugartenientes, ambos están muertos en términos
políticos.
Pero
¿por qué ese presunto interés por la caza a esa mujer y a ese hombre?
Barrunto
que no hay otro que la negativa de los dos políticos enfrentados durante años a
cara de perro, a entrar en una Gran Coalición en Madrid, preludio de una Gran
Coalición en el Gobierno de la Nación.
El sistema de la Transición, del consenso,
sabe desde hace mucho tiempo que la Gran Coalición es su último refugio ante el
resquebrajamiento de su muro de Poder.
De
hecho el consenso es eso, una Gran Coalición.
Aquel
que la obstaculice será laminado.
Quien que la apoye entrará en el reparto.
Nota
epilogal:
Dicen
que PP y PSOE no han alcanzado un pacto contra la corrupción.
Yo creo todo lo contrario.
El pacto contra la corrupción es forjar una Gran Coalición PP-PSOE.
El pacto contra la corrupción es forjar una Gran Coalición PP-PSOE.
El
primer paso necesario, aunque no suficiente, habría sido dar luz verde a la
“operación Púnica”.
¿Qué nos quedará por ver?, ¿tendremos que, además de ver, sufrir?
twitter: @elunicparaiso