Cuando
los antitaurinos miembros del Politburó podemita andan ocupados en organizar un
"happening" en una plaza de toros (¡qué paradoja!) para decidir quién tendrá que seguir contando mentiras, el fin de fiesta del que hablé hace unos
años vive su esplendor dejando ver su ocaso.
Más
que nubarrones se otean ya en la decisiva Francia, donde la izquierda
"podemuá" cree que la resurrección del obrerismo reside en el
musulmán, ¡quia!, tal vez porque los trabajadores galos hace años que
convirtieron al Frente Nacional en la última barricada antes del enfrentamiento
civil precisamente contra el proselitismo musulmán.
Por
su parte, los socialistas caviar de Hollande y Valls no tendrán más remedio que
guarecerse en las sotanas de la derecha católica de Fillon como mal menor.
La
izquierda en Europa es incapaz de comprender que "el juego del
gallina" del que participa con desigual entusiasmo es el responsable de su
destino manifiesto: el abismo.
En
realidad habría que corregir la afirmación anterior, pues no entiende que
"el juego del gallina" es la causa de sus males..., hasta que se
produce lo que he llamado "ataque parto", es decir, la inminencia del
precipicio que les hace retroceder a unos y estrellarse a los que siguen
practicando el maléfico juego de la demagogia política.
En
España, el "ataque parto" para el PSOE fue el trastorno mental
transitorio del anterior Secretario General empeñado en formar Gobierno con
Podemos y los independentistas, que no dejó más alternativa a los miembros de
su partido que no quisieron secundar sus pulsiones suicidas que declararle incapaz y abandonarle en el barranco para que le recogiese "el público que tanto me
quiere" a modo de primeros auxilios previos a la extramaunción.
¿Será
su práctica desaparición institucional luego de las próximas presidenciales y
legislativas el "ataque parto" de la izquierda gala?
Presumiblemente
sí.
¿Pero
por qué la autotitulada izquierda tiene que asomarse al despeñadero antes de
asumir la evidencia de que la política entendida como taumaturgia ("politaumaturgia") fracasó?
Francis
Fukuyama se hizo famoso con su famoso libro-teoría de 1992 que anunciaba
"el fin de la Historia" por el triunfo de las democracias
liberales, aunque la Historia desacreditaría su tesis hasta el punto que el
mismo autor rectificó.
Sin embargo, yo
no me haré famoso proclamando que los sistemas de competencia electoral han
conducido al fin de la política llamada democrática o demagogia, aunque la
Historia se empeñe en darme la razón una mañana sí y otra también.
¿Vanidad
del bloguero?
Salgamos al balcón para comprobar que no.
Rex
Tillerson, mandamás de la multinacional del petróleo Exxon Mobil, será el próximo secretario de Estado de los EE.UU.
Amigo
de Rusia hasta el punto de que Putin le entregó en 2013 la Orden de la Amistad,
muñidor de la alianza estratégica entre Exxon
y la empresa pública rusa del petróleo Rosneft
y nula experiencia política. Nula total.
¿Valedores
de Tillerson como secretario de Estado?
Robert
Gates, secretario de Defensa del demócrata Obama, Condoleezza Rice, secretaria
de Estado con el republicano Bush, y por supuesto Trump, Donald Trump, el ni
republicano ni demócrata que dijo aquello de Crimea para los rusos.
El
nombramiento del señor Tillerson nos señala más allá de toda duda razonable que
el mundo está listo para ser gobernado por un Directorio similar al que siguió
al periodo del Terror de la Revolución Francesa, cuya máxima será la sin duda
mayor aportación española al pensamiento político en más de cien años, la
irónica frase atribuida a Franco: "haga como yo, no se meta en
política".
En 1795 como en 2016, esto es, del clamor demagógico a la hibernación de la política.
El Directorio Trump-Putin (supongo que la discreta China se incorporará siguiendo la estela del oso ruso) tendrá como objetivo principal neutralizar políticamente la "politaumaturgia", sucedáneo de la política consistente en reunirse cuantos más mejor en San Francisco, en Grozni o en "Vistalegre" para engañarse y engañarnos proclamando el fin de la dura realidad y su sustitución, gracias a la mediación de bufones como Iglesias o Grillo, por un mundo mágico en el que no habrá ni heteropatriarcado ni fronteras, donde existirá el derecho infinito e indoloro a la secesión de los países y el derecho universal y gratuito a la vida loca.
En 1795 como en 2016, esto es, del clamor demagógico a la hibernación de la política.
El Directorio Trump-Putin (supongo que la discreta China se incorporará siguiendo la estela del oso ruso) tendrá como objetivo principal neutralizar políticamente la "politaumaturgia", sucedáneo de la política consistente en reunirse cuantos más mejor en San Francisco, en Grozni o en "Vistalegre" para engañarse y engañarnos proclamando el fin de la dura realidad y su sustitución, gracias a la mediación de bufones como Iglesias o Grillo, por un mundo mágico en el que no habrá ni heteropatriarcado ni fronteras, donde existirá el derecho infinito e indoloro a la secesión de los países y el derecho universal y gratuito a la vida loca.
¡Mira que lo veníamos avisando!: la
taumaturgia como rama de la política no puede ser y además es políticamente
imposible.
Coda europea: Me preguntan los seguidores en twitter en qué lugar queda la Unión Europea.
Postrada voluntariamente ante el yihadismo mahometano, Europa es hoy un protectorado del Directorio EE.UU.-Rusia que predijo Tocqueville.
Nos debatimos entre el "no puedo, no puedo, no puedo" y el "no quiero, no quiero, no quiero".
Y es que la Unión Europea es el Chiquito de la Calzada de la política internacional.
Coda europea: Me preguntan los seguidores en twitter en qué lugar queda la Unión Europea.
Postrada voluntariamente ante el yihadismo mahometano, Europa es hoy un protectorado del Directorio EE.UU.-Rusia que predijo Tocqueville.
Nos debatimos entre el "no puedo, no puedo, no puedo" y el "no quiero, no quiero, no quiero".
Y es que la Unión Europea es el Chiquito de la Calzada de la política internacional.
twitter: elunicparaiso