Dedicado a mi amigo Lorenzo y a los que entran en el blog todos los días.
La
auténtica paliza sufrida por la Policía Nacional el 22-M en Madrid a manos de
otra alegre muchachada no supone ninguna novedad. En todo caso una
confirmación, pues perdido el sentido común lo más normal es que los pajaritos
disparen a las escopetas.
O
sea el orden, pero al revés.
¿Monopolio
de la violencia legítima por la policía?
Resultado:
una manifestación, sesenta y siete policías heridos, destrozos mil y
privatización del espacio público por los que dicen defender el ídem.
Es
lo que suele ocurrir cuando el monopolio de la violencia está en manos de
políticos a las órdenes de sus Partidos.
Pues
eso, policías defendiendo a policías para que no les maten, costes crecientes y
seguridad decreciente, la ley de hierro del monopolio.
Todo
muy visto.
Sin
embargo, la noche de la ira me ha sugerido una cuestión mitad estética mitad militar.
¿Podrán
los chicos "beastie"* con su arte en vivo de romper cabezas chafar la fiesta que se nos viene encima?
Porque
tendremos “felices años diez” (y hasta veinte) antes de los “tristísimos años veinte”
(o treinta) sí o sí.
¡Adiós
burbujas!
¡Te esperamos alud!
¡Te esperamos alud!
Pero antes tendremos una bonita sesión de fuegos artificiales.
Andaba
estos días elucubrando sobre lo que auguro un revival ochentero, con sus
neoyuppies limpios de farlopa como reinas del carnaval, (Dalí se murió y la
imaginación hace tiempo que se fue), cuando de repente aparece la alegre
muchachada repartiendo a troche y moche en reclamación de lo que se les debe,
vete a saber tú qué se les debe.
¿Serán
capaces de acelerar la caída del Imperio Occidental, su Imperio? ¿No será posible un último vals?
Viendo
cómo se comportan se podría afirmar que la pulsión estética del “Sabotage” https://www.youtube.com/watch?v=z5rRZdiu1UE es
tan fuerte en los cachorros pendencieros (aunque algunos tengan setenta años)
que su alma “beastie” ya es irrecuperable.
Que
habrá batalla es seguro, aunque las “cookies” de mi ordenador me
demuestran que el resultado de las escaramuzas está echado: ganará el Gran Hermano.
No obstante, híper pijos reversibles en maxi hippies (la cortesía que el lujo concede a la plebe) se encargarán de amenizar el cotarro “urbi
et orbi” y los voluntarios de la barricada con smartphone incorporado tendrán
que esperar (igual hasta les gusta, ¿pues no decían que amansa la música a las fieras?).
El Todopoderoso invisible que me observa desde las tripas del ordenador me sugiere que los aprendices de Beck https://www.youtube.com/watch?v=IQfwgzoiq4c&feature=kp serán el preludio burlesco y colorido de una guerra de verdad.
Y
cuando ésta última llegue, el mundo entero será de nuevo una fiesta, aunque será otro tipo de fiesta.
Contemplaremos el pastiche haciendo tiempo en nuestro paraíso fiscal mientras llega la marabunta.
* “Beastie” no
significa bestia, sino cachorro, animal doméstico.
Nuestros “beasties” no son un
“sans-culotte”, ni un bolchevique. Son algo parecido a las pequeñas mascotas que te destrozan la
habitación cuando se quedan solas en verano pero nunca te atreves a echar
porque siempre hay alguien que dice que son muy simpáticas. Bien pensado, “beastie” quizás sí signifique bestia.
twitter: @elunicparaiso
Cada época tiene su sintaxis y su semántica, aunque el gran continente, por debajo, sigue siendo el mismo. Donoso, sin tu ironía, pues creía en el pecado original, preveía en su tiempo que de las piedras manariá sangre. Un abrazo. Excelente entrada.
ResponderEliminar