miércoles, 24 de junio de 2020

"Covid 19, Operación Acordeón" VI


Habíamos dejado la serie enumerando las alternativas de Merkel para realizar la ampliación de capital que la Unión Europea precisa si quiere evitar la pérdida de confianza en el euro, lo que supondría el fin de aquél proyecto político y su relevo por el nacionalismo económico, esto es, "cada país, una moneda". 


SÁNCHEZ Y CONTE LE DICEN A MERKEL QUE QUIEREN SER TRATADOS COMO LA ANTIGUA ALEMANIA DEL ESTE     
              
La primera opción era seguir el mismo procedimiento que utilizó Helmut Kohl para lograr la reunificación germana: rescatar a los países débiles con transferencias directas sin obligación de reembolso. 

Fondos de cohesión, subvenciones e "Impuesto de Solidaridad" que terminó suponiendo durante más de 20 años un 5,5% del IRPF que pagaban los ciudadanos alemanes.

Viendo el coste que supuso (entre 2 billones y 1,3 trillones de euros) repetirlo, pero a mayor escala (Italia, España) simplemente es inviable.

Si he traído a colación esta ridícula posibilidad como alternativa es porque era y sigue siendo el plan de Sánchez o del primer ministro italiano. 

Llevan defendiéndolo durante más de tres meses en las instancias europeas sin sonrojarse.

Una propuesta sin ninguna memoria económica en la que apoyar la solicitud, pues en realidad no es un programa sino un relato para consumo de electores predispuestos a que les engañen.

Pero al relato le tumba el dato. Y el dato comparado es el coste de la reunificación alemana, que además de demostrar que es irrealizable financieramente el rescate a fondo perdido de la economía española,  nos enseña que el éxito de la operación teutona fue más que discutible en términos de integración económica, pues la adopción de Alemania del Este por parte de sus vecinos del Oeste ha dado lugar a una familia desestructurada.  

No obstante, la pretensión de los países del Sur de Europa de que otros  les rescaten supone el reconocimiento de que ya no tienen capacidad de endeudarse, pues no buscan préstamos, sino donaciones, dinero a título gratuito, "deuda perpetua".  
Y lo realmente inaudito es que sabiendo que no pueden pagar nuevos créditos, no intentan reducir sus desequilibrios gastando menos y creciendo más.

Por contra, se empeñan en obtener regalos para seguir con su agenda política. O lo que es igual, "tu dinero, mi programa".

Hemos pasado de la inmoralidad de contraer deuda que pagarán las generaciones futuras, a la aún mayor inmoralidad de implorar dinero que no pretendemos reembolsar.

Esto nos da la pauta para introducir la segunda alternativa, que en realidad supone volver a la primera inmoralidad.


 "VIVA EL VINO"  Y QUE SIGA PAGÁNDOLO EL BCE


La Unión Europea jamás contempló como una propuesta seria el plan de Sánchez, mera copia del utilizado por Alemania para su reunificación.

Sin embargo, no ha abandonado el modelo de salida del "crash" de 2008: que el BCE financie nueva deuda y monetice los crecientes déficits.  

Ahora bien, la continuidad de la misma política monetaria tiene dos rémoras.
Una económica y otra institucional.


Más deuda no es la solución, es el problema


Para entender la primera expongamos brevemente cómo el BCE hace posible la expansión casi ilimitada de la deuda pública de los Estados europeos.

El BCE compra los bonos que emiten los Estados miembros de forma directa (mercado primario)

El BCE adquiere, por ejemplo, el bono español generando un crédito para su adquisición cuyo importe tiene que ser devuelto por España en un tiempo determinado, aunque el BCE también tiene la posibilidad de recuperar el crédito vendiendo el bono en el mercado secundario.  

El problema de este instrumento de política económica es que funciona cada vez peor. Y no sólo en Europa.  

Que los Bancos Centrales de los países occidentales hayan comprado la deuda de sus Estados ha supuesto para aquéllos que un aumento en su balance de bonos públicos del 100-120% durante el periodo 2008-2019, sólo añadió al crecimiento económico de sus naciones entre el 16 y el 19%.

Es decir, para conseguir un 1% de crecimiento, los Bancos Centrales tuvieron que aumentar en un 5% sus compras de bonos de los Estados. O lo que es igual, se ha necesitado un 5% más de endeudamiento por cada 1% de crecimiento añadido.

Que la relación deuda-crecimiento durante los últimos doce años para los países desarrollados haya sido de 5 a 1 nos indica que mayor deuda sólo genera menor crecimiento.

¿Por qué aportar más liquidez al sistema comprando deuda pública no consigue incentivar la economía para que, al menos, pueda devolver el préstamo que los Bancos Centrales hacen a los Estados adquiriendo sus bonos?

Por la sencilla razón de que el crédito barato estimula la supervivencia de las empresas ineficientes, con nulo crecimiento y bajísima productividad.

Es decir, el dinero que procura la nueva deuda se destina a gasto público improductivo o a proyectos económicos obsoletos que se mantienen de forma artificial gracias a una financiación regalada. Y así no se crece.

Las instituciones de la Unión Europea son conscientes de lo que estamos exponiendo, y aunque a día de la fecha sigan haciendo lo mismo, esto es, seguir comprando la deuda de los Estados por medio del Banco Central como forma de paliar otra crisis, saben que sólo es un parche, pues los países continúan instalados en el paro, los salarios bajos, el invierno demográfico y la parálisis inversora que perpetúa la baja productividad. 

                                 El TC alemán ha dicho basta 

Pero además del factor económico, hay otro institucional que bloquea la posibilidad de que la ampliación de capital de la Unión Europea se realice sólo aumentando deuda financiada por el BCE.  


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miércoles, 10 de junio de 2020

Ley de amnistía o jaque mate al régimen monárquico



Desde hace varias semanas vengo repitiendo en twitter este mensaje: se puede vislumbrar el interés del Gobierno en la promulgación de una ley de amnistía para los actos y decisiones políticas que tomaron durante el Estado de Alarma con motivo del Covid 19.

Y añado que podría adoptarse con el visto bueno del monarca a cambio de que la oligarquía política (PP y PSOE, fundamentalmente) le garantice la continuidad en la Jefatura del Estado.

Creo que el "ruido" generado tanto por el Gobierno (bulos sobre un imaginario golpe de Estado de la derecha) como por el PP a raíz de la gestión de la pandemia tiene mucho de ópera bufa, de farsa porque tanto derecha como izquierda fueron protagonistas de malas decisiones.

La más flagrante, pero no la única, fue la orden de no trasladar a los ancianos infectados por el Covid 19 de las residencias a los hospitales.

¿Responsables? Comunidades Autónomas (CC.AA.) de todo color político, y principalmente el propio Gobierno que concentró todas las competencias sanitarias con ocasión del Estado de Alarma.

La calificación de los presuntos delitos (homicidio imprudente, denegación de auxilio...) aún no está definida, pero apuesto a que la Fiscalía ni lo intentará.

Todo queda a merced de los incontrolables jueces de primera línea, esto es, los de Instrucción.  

Esto lo conoce el Gobierno, y aunque parece más que probable que actúen contra dirigentes no aforados de ambos lados del espectro político, lo natural es que el "premio gordo" lo reciban los burócratas designados por Moncloa.  

Es obvio que las instancias judiciales superiores serán quienes tengan la última palabra, pero aun así ¿ustedes creen que se puede tener en las instituciones a políticos imputados por supuestos delitos de homicidio de decenas de miles de personas?

¿Qué Estado puede soportar el bochorno de que su vicepresidente y algún ministro gobierne de día mientras prepara su defensa judicial de noche?

La cuestión es que está en manos de la clase política librarse de la ya inminente tormenta judicial, aunque el camino no esté exento de dificultades.  

Así, la única solución que permitiría terminar, antes de empezar, con las posibles consecuencias penales derivadas de la gestión gubernamental del Covid 19 es una ley de amnistía, pues es el único expediente que garantiza el perdón de los presuntos delitos, evitando así la multiplicación de procedimientos en las distintas instancias penales del país.  

Los indultos no serían suficientes dado que éstos suponen el perdón de la pena (no ingresarían en prisión) pero no del delito, por lo que los políticos seguirían siendo culpables de la condena que eventualmente se les imponga, y por tanto tendrían que buscarse otra profesión.

¿Les parece aventurada mi hipótesis?

Analicemos los hechos porque nos enseñan que el Gobierno, como principal responsable, se está trabajando la extinción de su responsabilidad criminal.  

El lunes 8 de junio concurrieron dos decisiones simultáneas de la Fiscalía.  

La primera fue solicitar el archivo de las diligencias abiertas por la titular del Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid, entre otros, contra el Delegado del Gobierno en ésta Comunidad Autónoma por su actuación los días previos al estallido de la pandemia; y la segunda fue la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de investigar a Juan Carlos I por unas comisiones a raíz de su intervención para que se concediesen las obras del AVE a La Meca a un consorcio empresarial español.

Si creen que las dos actuaciones fruto del órgano dirigido por la ex-ministra de Justicia de Sánchez son casualidad está en su derecho.

Yo considero que están vinculadas con una intención manifiesta: enviar el mensaje de que no habrá paz para nadie si no la hay para el Gobierno y sus aliados. 

Así, la petición de la Fiscalía del archivo de las actuaciones del Juzgado de Madrid cuando ya hay un informe pericial que señala claros indicios de criminalidad, supone una provocación no al Poder Judicial (la juez simplemente ha denegado el archivo y seguirá con el proceso) sino a la oposición, pues el Gobierno con uno de los índices más altos de mortalidad por Covid 19 de todo el mundo en relación al número de habitantes, presume de utilizar a su favor todos los órganos del Estado para garantizarse la inmunidad, mientras acusa a la Presidenta del PP de la Comunidad de Madrid de delincuente por el trato a los ancianos.

Pero la provocación se extiende a la Corona.

Que la Fiscalía se reserve la investigación abierta en Suiza a Juan Carlos I por no declarar a Hacienda una presunta comisión por prestar servicios de "lobby", que reportó un gran negocio a las industrias nacionales que competían con Francia por el contrato del AVE a La Meca; supone una burla cuando la misma Fiscalía ha removido Roma con Santiago para impedir que el Delegado del Gobierno en Madrid deponga ante una Juez que dispone de datos que acreditan la posibilidad de que haya sido responsable de innumerables delitos de homicidio por imprudencia.   

Por si lo anterior no fuera suficiente, el mismo 9 de junio se produjo otro aldabonazo a la Casa Real.

Concretamente, la amenaza, la sola amenaza de una iniciativa parlamentaria del partido minoritario del "Gobierno pandemial" de abrir una comisión de investigación sobre Juan Carlos I por los mismos hechos que va a investigar la Fiscalía.

Supongo que esto habrá sido entendido por el Rey como un chantaje del Gobierno con el objetivo ya descrito más arriba: o se garantiza la inmunidad judicial al Gobierno o será el fin de la Monarquía.

Por casualidad, el mismo día 9 se supo que la Fiscalía de París va a investigar a la Administración del país vecino a resultas de las decisiones tomadas con ocasión de la epidemia, con especial atención a la gestión de las residencias de ancianos, foco de la mitad del número de fallecidos.

Pues bien, en España la Fiscalía (y el Parlamento controlado por el Gobierno) pone todo su celo en averiguar si el ex-rey defraudó al fisco en 2014 con motivo de un contrato internacional que logró para las empresas españolas, y miembros del Gobierno señalan públicamente a los Presidentes autonómicos de la oposición por haber cometido supuestos delitos derivados de la gestión del Covid 19.

Sin embargo, el mismo Gobierno intenta neutralizar las causas judiciales a sus cargos de confianza por supuesta negligencia en la propagación de una enfermedad que ha ocasionado la muerte a más de cuarenta mil personas, precisamente cuando el Gobierno asumió todas las competencias de gestión gracias al Estado de Alarma; al tiempo que bloquea cualquier investigación parlamentaria y/o científica sobre los mismos hechos solicitada por el PP.

¿Por qué entonces el Gobierno que intenta zafarse de la persecución muestra aquélla voracidad perseguidora?

En realidad, el Gobierno sabe que sólo una ley de amnistía puede salvarlo de un peligroso control que no puede domeñar: una miríada de jueces por todos los rincones de España escudriñando cada decisión tomada antes y durante la emergencia sanitaria del Covid 19 (incluidas las oscuras compras de material)

Y para lograrlo necesita que tanto la oposición como la Corona tengan responsabilidades penales y/o políticas que expiar con el objeto de que la tentación de evitarlas mediante una ley de amnistía les sea irresistible, aunque el máximo beneficiario sea el Gobierno liberticida.  

¿Aceptará el trato el PP a cambio de salvar a Díaz Ayuso en Madrid?

A la luz de las declaraciones de la figura emergente en el partido, el alcalde de Madrid Martínez-Almedia, en las que distribuye culpas a derecha e izquierda, parece que estaría por la labor. 

¿Aceptará el Rey el cambalache si le asegura el Presidente que ya ha engañado a todos la continuidad en la Jefatura del Estado?


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miércoles, 3 de junio de 2020

"Covid 19, Operación Acordeón" V



Ampliación de capital, Imperio austrohúngaro y Gran Espacio Europeo


El 18 de marzo del presente, muy poco después de decretado el primer Estado de Alarma, publiqué el primero de una serie de artículos con el título "Covid 19, Operación Acordeón", donde afirmaba que vivíamos los efectos de un golpe de Estado planetario a cuenta de la pandemia, con la finalidad de consumar una "operación acordeón" a la economía mundial donde la clave sería la ampliación de capital para cambiar el sentido del curso económico.  

Perdonen la autocita:

 "¿Pero quiénes suscribirán las ampliaciones de capital?  
 Obviamente, los capacitados para absorber la estructura económica de los países y su deuda (las grandes corporaciones internacionales, China, EE.UU...)" 

Más de dos meses después del artículo, podemos ratificar que el control y manejo de la deuda pública de los países que han visto reducir sectores estratégicos de su estructura económica a cero, sigue siendo el nudo gordiano de la salida de la crisis.  

Sin embargo, me equivoqué por lo que respecta a los teóricos suscriptores de la ampliación de capital de los países europeos, pues no serán ni China, ni EE.UU. ni siquiera las empresas transnacionales.

Será la propia Unión Europea, aunque el liderazgo corresponda a Alemania, con el contrapeso francés.

Podemos empezar por el final, pues lo que ya se vislumbra es un ambicioso programa de economía política que si tiene éxito transformará a la Unión Europea en un "Gran Espacio" semejante a EE.UU. o China, pero con su propia idiosincrasia.

Cabe imaginarlo como un Imperio similar al descentralizado austrohúngaro, donde la dirección económica teutona que se impondrá a través de la Comisión Europea, convivirá con los gobiernos y parlamentos nacionales que se encargarán de administrar el proyecto en cada uno de los territorios.

La multiplicidad de identidades hará difícil la existencia de una ciudanía común, pero ello no impedirá la centralización en el "Gobierno europeo" de inspiración germana, de las tres principales herramientas de la política económica, esto es, la monetaria, la fiscal y el gasto público.

Los "democráticos" poderes estatales que se hallen maniatados por sus gigantescas montañas de deuda pública, tendrán voz y voto: amén y sí.  

En términos políticos será una coalición franco-alemana donde las competencias de Defensa y de Política Exterior previsiblemente se delegarán en Francia, pues no en balde dispone del arma atómica y es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Pero las económicas quedarán reservadas a los germanos y a los países de su área de influencia.

Insisto. El Gran Espacio Europeo será un remedo del Imperio austrohúngaro, donde la República Francesa sustituirá en la dupla al Reino de Hungría.

¿Acaso existe otra alternativa mejor ante la postración de Europa después de la epidemia?

En realidad, el famoso Covid 19 no será causa de nada, sino la excusa que necesitaban los "genios invisibles" (Guglielmo Ferrero) para cambiar el rumbo de la "nave Euro" que amenaza hundimiento por el peso de sus déficits estructurales que hoy desbordan las sentinas y bloquean su avance.   

La deuda, un combustible de mala calidad, ya no produce la energía que la "nave Euro" necesita para alcanzar la velocidad de crucero. Por contra, está inundando el barco y dañando seriamente el motor de su crecimiento, siendo la causa principal de un progreso cada vez más lento.  

Ante esta situación a la canciller Merkel, cabeza visible de "los genios invisibles" europeos, se le planteaban tres posibilidades para "pagar la paga":

a) Seguir el camino que emprendió Helmut Kohl para rescatar a la Alemania del Este en el momento de la reunificación. 
Es la opción de Sánchez y del compañero de viaje que no le iba a dejar conciliar el sueño, aunque como dice el refrán "dos que duermen en el mismo colchón son de la misma opinión".

b) Más de lo que nos ha llevado hasta aquí, esto es, BCE a la enésima potencia. 
En definitiva, dejar que la "nave Euro" naufrague y tomar un bote salvavidas despreocupándose del resto del pasaje.

c) Lo que va hacer para que "pagar la paga" (la ampliación de capital) no termine en quiebras generalizadas.

Nos detendremos en cada una de las alternativas. 


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