Parece que Monedero y sus troncos
han decidido abandonar momentáneamente la "okupación" para hacerse un
rato "chispas", por eso de que no paran de hablar de "las
eléctricas".
Si hacemos caso a Money-dero la
energía con él y sus amigos sería gratis.
Lo dudo, salvo que quemen todos
los troncos que tienen acumulados hasta los topes en sus bodegas.
"Hombre de poca fe", -pensarán
alguno de ustedes de quien suscribe por juzgar antes de tiempo al santón de la
Fábrica de Amor-.
Se equivocan, pues me baso en un
antecedente incuestionable: los troncos de Monedero prometieron acabar con los
desahucios y les aseguro que éstos continúan siendo un mecanismo cada vez mejor
engrasado en las instituciones que gobiernan (es un decir).
¿Por qué las terminales de
Podemos cambian de monserga populachera cuando aún no han arreglado el "problema
habitacional" a pesar de que tienen herramientas para hacerlo?, ¿por qué Money
se olvida de los okupas y se hace electricista?
Por la simple razón de que les
importan un bledo los desahucios y la factura de los servicios públicos.
En todo conflicto humano por un
objeto (ora un piso ora la calefacción), el objeto termina siendo la burda
excusa para eliminar al Otro.
Después de años y años de pelear
con alguien por algo ya no sabes por qué empezó la lucha, pero sigues peleando.
Y continúas haciéndolo porque en realidad el único motivo de la lucha
prolongada es destruir al Otro para ocupar su lugar.
La película "Los
duelistas" de Ridley Scott ilustra a la perfección lo que digo, y el libro del eminente profesor Domingo González, "René Girard, maestro cristiano de la sospecha" (Fundación Emmanuel Mounier, 2016) lo demuestra.
Los miembros troncales de Podemos
tienen una obsesiva pulsión mimética por arrebatarte lo que tengas (la luz, la vivienda, acciones, el coche, dinero, las corridas de toros, más dinero, tus símbolos, los templos...) por ser la forma más rápida de lograr su objetivo real, que no es tanto lo que TIENES sino lo que ERES.
Podemos es la guerra civil
permanente porque entienden que el mundo es un maldito lugar donde se les niega lo que les corresponde porque lo tienes tú.
Por tanto, el problema de sus
carencias materiales lo pretenden resolver eliminando al que consideren acaparador, es decir, usted.
La solución política de Podemos
no es técnica o material (aumentar la productividad, mejorar la organización) sino
final (liquidarte).
Los troncos de Podemos no tienen
el menor reparo en decir las mayores barbaridades económicas en público porque menosprecian los medios (cómo disponer mejor de bienes y objetos) para
imponer los fines (tu sustitución).
El problema del mimetismo
podemita es que inevitablemente acabará desatando una guerra de todos contra
todos.
Y para ganarla buscarán un chivo
expiatorio.
Aunque ya disponen de varios. Uno muerto,
Franco. El otro vivo, Felipe VI.
Pero a los pobres chivos dejémosles descansar hasta la próxima entrada.
Apunte venezolano:
Por supuesto que la Venezuela chavista-madurista es el espejo de "Podemos".
El aquelarre del país caribeño es una "crisis mimética", con el permiso del maestro Domingo González, porque Chávez y su heredero legitimaron la rapiña generalizada al decretar que el Otro siempre es el culpable.
Lo mismo que proclaman nuestros troncos.
Apunte venezolano:
Por supuesto que la Venezuela chavista-madurista es el espejo de "Podemos".
El aquelarre del país caribeño es una "crisis mimética", con el permiso del maestro Domingo González, porque Chávez y su heredero legitimaron la rapiña generalizada al decretar que el Otro siempre es el culpable.
Lo mismo que proclaman nuestros troncos.
twitter: @elunicparaiso
Otro artículo de puro genio. Saltar con tanta holgura desde los hechos concretos y cotidianos del mundo que nos rodea a la teoría antropológica y social es una rara capacidad analítica a la que ya nos tiene acostumbrados Jorge Sanchez de Castro. Capacidad que recuerda mucho, por cierto, a la del académico francés René Girard, "maestro de la sospecha" al que aquí convoca para exponer su reflexión. Le agradezco también su referencia a mi libro y la brillante asociación con la inolvidable película de Ridley Scott, "Los duelistas", símbolo de la irracionalidad mimética que siempre nos acecha.
ResponderEliminarGracias Domingo.
ResponderEliminarAgradezco el inmerecido elogio del mejor conocedor de la teoría mimética girardiana en nuestro país.
Brindo por ti y por tu incansable labor desde la radio, desde el aula o en tus libros para eliminar del debate intelectual los lugares comunes que nos axfisian.
Un fuerte abrazo y espero que no sea el último comentario.
Estoy de acuerdo. Excelente artículo
ResponderEliminarExacto. Esta es la lógica de la guerra civil.
Veo tres opciones: a) "marginación” de Podemos (política); b) su disolución mediante la fuerza “legal” (proscripción); c) su autodestrucción. En el primer caso, se necesita un gobierno conjunto socialistas y populares; en el segundo caso, el "trabajo” conjunto del poder judicial (constitucional y ordinaria) y Policía; en el tercer caso, las conflictos ideológicos que producen inevitables divisiones internas hasta la disolución.
En el entendimiento, de que una fuerte recuperación económica podría eliminar e las fuentes de descontento.
Abrazo!
Hola Carlo.
ResponderEliminarOtra manera de neutralizarles sería que la gente descubriera y entendiera el mecanismo guerracivilista que se encuentra en partidos como Podemos o el de Grillo.
Ese conocimiento de que Podemos busca arrebatarte lo que tienes para que dejes de ser lo que eres creo que tendría un gran efecto en muchos ciudadanos votantes.
Te mando un fuerte abrazo y te agradezco tus magníficas aportaciones al blog.
Hasta pronto.
Exactamente, Jorge. Pero - lo digo como "liberal triste" -
ResponderEliminarel hombre (claro que no siempre), en vez de entender ( el esfuerzo de...) prefiere creer. Esperemos que venza la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza . Abrazo!
Grande Carlo. Grandísimo.
ResponderEliminarComo dicen los grandes aficionados a los toros cuando se hace una buena fuena: "ahí queda".
Abrazo, maestro.
Gracias a ti. Honrado :-) Abrazo!
ResponderEliminarCarlo, no obstante, en este caso yo no hablaría de la dicotomía entender-creer sino de evidencia-creencia.
ResponderEliminarLa diferencia es importante porque la evidencia no necesita esfuerzo, mientras que entender sí.
Quizás por eso en este asunto la fuerza de la razón tenga alguna posibilidad más de lo habitual.
Gracias por tus sugerencias y hasta pronto.
Razonamiento sutil. Que comparto. Gracias Jorge. Con una aclaración: estoy hablando del esfuerzo hacia la objetividad. Lo que no es fácil de lograr. Por ejemplo, de acuerdo con el marxismo, el materialismo histórico es una teoría probada. Pero no es así. Resumen, es más fácil creer que "excavar" ... Habermas (el "primero") - otro ejemplo, criticó, desde su punto de vista, el concepto de falsación y la investigación científica objetiva. Porque consideraba como ideológica la objetividad teorizada por Popper.
ResponderEliminarSabemos que no era y no es así ...
El hombre, por desgracia, es un animal ideológico. Para bien o para mal ... Esto no quiere decir que no debemos excavar ... Y "creer" en el valor de la excavación ... :-) Abrazo!
¿Qué puedo decir Carlo?
ResponderEliminarOtra enseñanza del maestro a sus discípulos.
La tendré presente.
Fuerte abrazo.
Gracias por vuestros sugerentes comentarios, que he seguido con atención y aprovechamiento. Al final sobresale la cuestión social de la dicotomía entre verdad y mentira, de claras resonancias para la teoría mimética del maestro de Avignon. La mentira, diría Girard, tiende a triunfar en el terreno social por el contagio mimético. La verdad es una posibilidad personal de resistencia a ese contagio. Creo que esta dinámica antropo-social tiene mucho que ver con la resistencia irracional de las estructuras ideológicas, es decir, con esa condición del hombre como "animal ideológico" a la que apunta Carlo y que a mí me gusta asociar a eso que León Poliakov llamaba la "causalidad diabólica". "Causalidad", obviamente, debidamente travestida por legitimaciones simbólicas de corte pseudocientífico que refuerzan esa mimética "psychologie des foules" (Le Bon, Canetti). Me pregunto si es una razón añadida para la "tristeza" o "melancolía", no solo del liberalismo, sino de todo pensamiento político realista. Pero el último interrogante nadie mejor que Carlo (a quien aprovecho para felicitar por su magnífico libro, que leí con admiración) podría aclararlo. Abrazo para los dos.
ResponderEliminarGracias por el comentario Domingo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo que lo que se dilucida en los comentarios es la cuestión de la verdad y la mentira.
La definición de la verdad como resistencia al contagio de la mentira me parece grandiosa.
Sobre la verdad-mentira en política, Carlo y su "metapolítica" es un auténtico filón.
Suelo decir sin ironía que lo mejor del blog son los comentaristas.
A las pruebas me remito.
Quedamos a la espera de más intervenciones del maestro Domingo y de la contestación de Carlo a su pregunta.
Un fuerte abrazo.
Mi agradecimiento a Don Domingo González, por sus amables comentarios. Y igualmente.. nuestro anfitrión :-)
ResponderEliminarCorrecto. Estoy de acuerdo: "es una razon para añadida la" tristeza "o" melancolía ", no sólo del liberalismo, hasta de todo un pensamiento Político realista." De todo, pensamiento realista, sin duda.
"Tristeza" y "melancolía" que surgen a partir de un “hecho cierto”: que el hombre es un animal ideológico, pero que no sabe de ser un animal ideológico… Este hecho, hay dos consecuencias: 1) alguien tiene que "explicar" al hombre (el hombre común, "medio" de la sociología ) su condición de animal ideológico) 2) que para este hecho hay muchas explicaciones contradictorias y a veces contradictorias... De ahí, los conflictos, etcétera, etcétera; conflictos estudiados por el realismo político(por razones “terapéuticas”). Y con "tristeza" y "melancolía". Porque, por desgracia, esta es la realidad en que vivimos. Y el estudioso de raza - melancolía o menos - siempre debe ser el “guardián de los hechos”… :-)
P.S. Me disculpo por mi pobre castellano.
¿Pobre castellano, Carlo?
ResponderEliminarMagnífico diría yo.
Un honor tenerte aquí.
Creo que el profesor Domingo estará muy de acuerdo con la exposición de tu último comentario.
Feliz miércoles y muchísimas gracias.
Muy estimulante apreciación. A esa ignorancia consistente en no saber lo que se es,Girard la llama "méconnaissance". Ellul la traspasó al espacio político y hablaba de "l'illusion politique". Creo que es muy pertinente recuperar hoy esa perspectiva, tan vinculada a la resistencia ideológica del prejuicio estatalista, a pesar de sus evidentes fracasos.
ResponderEliminarSería interesante estudiar las modulaciones y combinaciones de esa estructura permanente del hombre como animal ideológico y las "regularidades de la política" que Carlo magistralmente resume y analiza, tanto en su libro como en una entrada anterior de este mismo blog. Tendríamos algo parecido a los "residuos" y "derivaciones" del genial (y me temo que hoy muy olvidado) Vilfredo Pareto.
Gracias a los dos y un abrazo.
Digo "a pesar de sus evidentes fracasos" y quizá debería haber añadido: "o tal vez debido a ellos".
EliminarComo es sabido, las ideologías resultan casi siempre reforzadas tras sus fracasos, que atribuyen a su insuficiente (o indebida) aplicación. "Si los hechos no encajan con la teoría -decía Lenin- peor para los hechos".
EliminarEstoy de acuerdo con usted, don Domingo. La recuperación de un pensador como Pareto (sociólogo en particular) es crucial. Como el estudio de Girard. Gracias de nuevo por las interesantes anotaciones. P.S. "o tal vez debido a ellos": lo suscribo :-)
ResponderEliminarEs un honor, señor. Mi admiración por su trabajo es difícil de describir. Lástima que yo no domine el italiano como usted el castellano. Así que, de momento, no me puedo permitir más "alegría" que la de releer su "Liberalismo triste".
EliminarEsta entrada del blog se recordará mucho tiempo.
ResponderEliminarGracias amigos.
Doy fe. Chapeau! Para aprender, además de a Salamanca, se puede venir aquí. Muy sinceramente lo digo.
ResponderEliminarEl maestro Jerónimo o la guinda al pastel.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.