Con ocasión de que el mes de agosto
pasaba por aquí una duda estadística no me deja descansar.
¿Cuántos de los muchachos que pasan
su tiempo de ocio en francachelas nocturnas saben que la incansable búsqueda de
ese disfrute es la prueba superior de su carácter reaccionario?
¿Habrá acaso uno?
Sea como fuere, para demostrar que
regodearse en el placer, el hedonismo, es la principal expresión democrática de
un conservadurismo retrógrado, les invito a que escuchen esta canción de Fangoria,
grupo que, ¡oh paradoja! pasa por ser el máximo representante en España de la
modernidad.
La pieza musical se titula "Por
qué a mí me cuesta tanto" (decirle que no al placer).
Habrán comprobado que la loa al
placer se resume en un canto a la repetición morbosa de lo mismo, la
resistencia al cambio, en estricta contradicción con el deseo, que no es ni más
ni menos que el estado que prepara una acción nueva.
Aunque las masas enfervorecidas
por la efervescencia voten a partidos que se definen de izquierdas, son exponencialmente
carcas.
La incertidumbre estadística hace
mella de nuevo en mi maltrecho sueño: ¿cuántos cargos del Partido Popular lo
saben?, ¿cuántos del PSOE?
Lo más probable es que escasos.
Sin embargo, por fin creo que
podré dormir porque he encontrado la respuesta a un problema mayor.
Lo
que explicaría la crisis de Europa no sería tanto el
"socialdemocratismo" que nos desgobierna, sino un pastiche
intelectual con el que se identifica la mayoría sedicentemente progresista y
que cabría denominar "Pensamiento MasterChef", en tanto su único
deseo es mejorar la cantidad y la calidad de su placer.
No se ven hartos de darse gusto, aunque,
eso sí, conscientes de su esclavitud alcanzan a preguntarse "por qué les
cuesta tanto dejar de hacerlo".
@elunicparaiso
El hedonismo es reaccionario y decadente. Pero sobre todo, es perfecto para que el poder, lo tenga quien lo tenga, viva tranquilo.
ResponderEliminarLa paradoja de los hedonistas es que se pretenden modernos.
ResponderEliminarY presumen de serlo.
"Hedonismo y poder".
Daría para una tesis doctoral.
Un cordial saludo.