Los políticos españoles deben su inspiración a una leyenda del humor, Harpo, el mudo de las películas de los hermanos Marx que se reía a mandíbula batiente de todo el que se le ponía por delante. Eso
sí, en silencio, sin hacer el más mínimo ruido.
De la misma forma que
los que no quieren ser españoles proclaman que hay muchas formas de ser español,
en España también hay varias maneras de
ser Harpo.
En Cataluña todos los
Harpos tienen como primer apellido Mas, Harpo Mas, y se concentran en el
Parlamento regional con una distribución muy repartida.
Ayer, los Harpo Mas de CiU, pero también los del PSC, se opusieron a que los antiguos consejeros de Pujol comparezcan en la Comisión de Investigación encargada de
ocultar el latrocinio del Molt Honorable, ¡pero sí citaron a la
representante del Partido Popular, la señora Alicia Sánchez Camacho, que jamás fue ni
ayudante del chófer de Pujol!
¿Era necesaria tanta
crueldad?.
Cuando acuda la interfecta
a deponer, los Harpos Mas serán más Harpos que nunca: no hablarán, no
preguntarán. Se limitarán a reírse en la cara de la "pepera".
El PSOE es un partido
muy aficionado al tal Harpo, también a Marx, Karl Marx, pero últimamente
triunfa la corriente Harpo pura y dura. De hecho, para ser Secretario General del PSOE
en el s. XXI es necesario que te doctore "cum laude" en "harpobrerismo" alguna Escuela financiada por el celebérrimo partido, es decir, por todos ustedes,
ja, ja, ja, ja. Cuatro jas.
En qué consiste el
harpobrerismo, me dirán.
Es el pos-socialismo,
pero no en el sentido de una doctrina o una praxis mejorada respecto a la
teoría o práctica original, no.
El harpobrerismo es pos-socialista
en tanto en cuanto lo que sigue al juramento de fidelidad al socialismo es la
francachela al por mayor a costa de la mayoría silenciosa que, pase lo que
pase, continuará creyendo en el socialismo.
No hay duda que para
alcanzar tal manejo del arte del trile hay que estudiar mucho.
Los resultados de tanto
esfuerzo intelectual a la vista están.
También ayer tuvimos un magnífico
ejemplo de lo que escribo. El actual Harpobrero Jefe, el señor Sánchez,
manifestó que no se opone al blindaje del catalán, es decir, que los
castellanohablantes en Cataluña van a ser objeto de mofa con todas las de la
ley, legalmente vamos, por los catalonaparlantes. Ja, ja, ja, ja. Otros cuatro
jas.
El Partido Popular, lástima,
carece de Harpos.
Su dirigencia, su
Presidente, es tan débil que ni siquiera tiene fuerzas para reír. Quizás ya
ni la mínima necesaria para salir en la foto de familia acompañando a los
numerosísimos primos y hermanos Harpo de la política patria. Ellos son Gummo, aquel hermano Marx que jamás
apareció en la pantalla.
Nos quedaría aún el
último modelo de baja costura marxiano-marxista: el Harpo Chico. "Podemos" obviarle.
Pero, ¿y Groucho?,
¿quién es el Groucho de la clase política española, dominada por los Harpos de
toda laya?
Después del fracaso de
la alianza entre UPyD y Ciudadanos el auditorio pierde la esperanza de que
aparezca un talento inteligente y se apodere de la escena antes de que las distintas familias
Harpo, que Dios las crea y ellas se juntan, destruyan la Casa Común.
Deben tener paciencia.
Al menos hasta leer la
próxima entrada del blog.
twitter: @elunicparaiso
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