lunes, 8 de abril de 2024

López Linares o la metafísica de la América Hispana

 

El pasado 6 de abril tuve la oportunidad de ver la nueva película de López Linares, “Hispanoamérica, canto de vida y esperanza”, y según transcurría recordé una reflexión de Guy de Maupassant a finales del s. XIX donde decía que escribir con verdad no consistía en transcribir los hechos servilmente, sino en “dar completa ilusión de lo verdadero, siguiendo la lógica ordinaria de los hechos”.

Esta idea del escritor francés me ronda con frecuencia porque, siendo fiel aficionado al realismo en todas las parcelas artísticas y culturales, considero que a los realistas de talento se les debería conocer como “ilusionistas” de la verdad.

López Linares es uno de esos realistas-ilusionistas que, con los saberes del artesano que ha acumulado a lo largo de su larga trayectoria fílmica, reproduce con fidelidad la eterna ilusión de la verdad siguiendo una estética ordenación de los hechos.

El elemento que distingue a López Linares y lo convierte en un creador de época es que consigue imponer al mundo su ilusión de lo verdadero hasta dar la vuelta como un calcetín a una historia considerada hasta ahora atroz: la Hispanidad.

¿Cómo logra ese giro copernicano?

Lo hace apropiándose de un objeto a la vez simbólico y realísimo para, partiendo de los cimientos de la historia de España, hacer coincidir todos los elementos fundantes (religiosos, políticos, estéticos, musicales…) con las estructuras mentales que los hispanoamericanos llevan siglos utilizando como modo de vida tanto en lo cotidiano como en lo trascendente.

De esta forma, la inicial ilusión de la verdad de López Linares resulta tan completa que acaba en el redescubrimiento de las creencias de una civilización que, por fin, entiende que ha sido engañada por sus clases dirigentes, por sus artificiales Estados.  

La particular ilusión por la verdad del director logra levantar un velo que produce en los espectadores el efecto de que sus creencias, más allá de demagogias y estatolatrías, se resumen en la palabra Hispanidad.

Este mecanismo artístico que se despliega en las casi dos horas de duración del documental tiene lugar gracias a un equipo técnico en estado de gracia que entiende la ambición de su director. Así, los planos contrapicados de las bóvedas de los templos son un tratado de teología, el guionista teje y teje con hilos de múltiples entrevistas hasta rematar un tapiz colosal, mientras el montaje, de puro elegante, se hace invisible. De la música no quiero decir ni una palabra porque sería ridículo: vayan al cine y emociónense.

Gracias a López Linares y sus artesanos no es condición para disfrutar del placer estético del film compartir lo que hemos denominado la ilusión de verdad de su director.

Ahora bien, sí les anticipo que el recién premiado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes se rodea de su inseparable “Generación 21-21” para que su ilusión quede bien fundamentada.

 

Este grupo de historiadores, filósofos, pensadores… actúa como una suerte de invencible armada intelectual que liquidó la Leyenda Negra hasta convertirla en un mal tebeo en su anterior documental, “España, la primera globalización”, para poner ahora la proa a la Hispanidad como proyecto, en el tiempo histórico de la crisis de los Estados.

En este sentido, la sucinta aportación de Dalmacio Negro (uno de los pocos españoles intervinientes) dando un mandoble a la dinastía estatista borbónica, valga la redundancia, prefigura por dónde no debería ir el negocio.  

Galvanizada por el propio López Linares a través de sus dos últimas películas, esta generación merece un último comentario a la luz de su impacto de largo alcance en el campo cultural a ambos lados del Atlántico.

La intelectualidad de izquierdas ya les adjudicó, desde su superioridad moral, el lugar de la posición dominada o subordinada por dizque “neocolonialista”.

No obstante, siendo conscientes de que en todo juego la posición es lo esencial, sus miembros saben que en este momento “finiestatal” estar en fuera de juego es la única posición que les garantiza plena autonomía.

El debate planteado por el ministro de Cultura de cuota respecto a “descolonizar los museos”, nos sirve para poner de manifiesto el contraste en el campo cultural entre las posiciones dominantes estatales y las dominadas, pero autónomas, de la “Generación 21-21” cuyo eje vertebrador son los documentales de la productora "López- Li Films".

Con ese enfrentamiento finalizamos como empezamos, esto es, con la ilusión de la verdad.

Por un lado, la privada de un artista frente a la “negrolegendaria” del Estado español.

Cuando contemplen la metafísica de la América Hispana que compone López Linares quizás deduzcan que contiene cien veces más verdad la “illusio” cinematográfica de éste que las ilusorias pretensiones de realidad del cuento descolonizador ministerial.

Paradojas del arte grande.

 

twitter: @elunicparaiso


3 comentarios:

  1. Apreciado autor

    Se agradece, despues de tanto tiempo, su presencia en su blog
    Y prometo ver la pelicula

    Pero mientras tanto, a modo ironico, casi satirico le recomiendo la vision por internet de un " short " de Zunzunegui hablando de Cortes " el barbajan " y preguntandose en voz alta como un pais de barbajanes, atrasados pudo empreder la gesta. Le hara sonreir

    Saludos, y buenas noches

    Jose

    ResponderEliminar
  2. Hola, D. José. Disculpe mi abandono, pero aquí seguimos. Gracias por la recomendación, querido amigo. Lo miraré. Fuerte abrazo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
  3. Apreciado autor

    Una buena reflexion, de las suyas, de la actuacion de estos ultimos dias nos es necesaria

    Porque aqui lo primero es aclararse el porque de la " cuasi -espantada ", y valga el termino taurino

    Y lo segundo nos encontramos ante una genialidad al absurdo, como las que el faraon de Camas hacia de vez en cuando, o una de Cagancho en Almagro

    Saludos


    Jose

    ResponderEliminar