Para Víctor Pascual.
"Salvar a un enemigo cuando
no se está seguro del aliado ha sido siempre muestra de una honorable sabiduría
maquiaveliana".
Uno de los problemas, quizás insalvables, de los sistemas políticos con
competencia electoral reside en que los ciudadanos basan sus decisiones de voto
en intuiciones, por ejemplo, "apoyo a la izquierda porque ésta siempre habla del pueblo".
Sin embargo, el saber político es esencialmente "contraintuitivo".
La frase que encabeza este artículo nos lo demuestra.
El pocas veces igualado Raymond Aron, amigo de Alemania por encima de
las vicisitudes políticas, escribió la anterior sentencia en un volumen de 1951
titulado "Les guerres en chaîne". (Ver página 397 de sus
"Memorias", RBA).
La máxima de experiencia, casi perdida en un libro de más de mil
páginas, venía al caso por concurrir dos
situaciones posbélicas contradictoriamente diabólicas: la voluntad de los
aliados de destruir Alemania una vez derrotada, y las consecuencias para Europa
de la alianza con la URSS luego de finalizada la guerra.
Aron pudo llegar a ver la ratificación de su máxima, pues los vencedores tuvieron que salvar a su enemigo (Alemania) para, entre otras cosas, sobrevivir a
su reciente aliado (la URSS).
¿Alguien duda hoy que Europa acertó en los años 40 del siglo pasado
salvando a la Alemania postrada y no aceptando el "abrazo del oso" de Moscú?
¿La Historia no ha demostrado que socorriendo a su vecino alemán,
Europa se ayudó a sí misma?
Aunque ya hice mención en otro artículo a la enseñanza del escritor
político galo, vuelvo a rescatarla hoy por la situación política que vive
España.
Pedro Sánchez quiere ser Presidente del Gobierno por el método de
obtener los apoyos expresos de Podemos y sus franquicias territoriales, IU y PNV,
más los tácitos de la falange racista catalana, con el objetivo no declarado de
liquidar a su declarado enemigo, el Partido Popular.
Por contra, el candidato a la Presidencia por C´s, Albert Rivera, ha
optado por salvar al Partido Popular antes que ser compañero de viaje de
Sánchez y sus nuevos aliados.
¿Cabe la menor sospecha de
que Rivera da en el blanco amparando por la fuerza de las circunstancias a su
rival, el PP, y repudiando como socios a Podemos y los nacionalistas, aunque ello le suponga no saborear las dudosas mieles del efímero triunfo?
A mí no.
Pero volvamos a Aron y sus Memorias.
Pero volvamos a Aron y sus Memorias.
Allí aparece un resumen de una entrevista que el fatuo y anticomunista Bernard-Henry Lévy le hizo en 1975 (págs. 929 y 930).
En la misma, el por entonces "nuevo filósofo" le preguntaba a cuento de la eterna disputa Sartre-Aron que ganó el primero a juicio de la "intelligentsia" parisina de los años setenta, lo siguiente:
"¿Qué es mejor: ser Sartre o Aron? ¿Un Sartre victorioso, pero equivocado, o un Aron vencido, pero poseedor de la verdad?".
Sánchez, y el PSOE entero, parece que prefieren obtener la Presidencia del Gobierno destruyendo a su enemigo, aun a costa de equivocarse; antes que acertar rescatando al PP, a pesar de renunciar a la victoria.
Si optan por Sartre, vencedor pero errado, y no por Aron, batido pero atinado, allá ellos.
Pero no deben olvidar que hoy Aron reina en el Olimpo y Sartre se esconde entre tinieblas. Que Europa (no la rescatada Alemania) venció y que la URSS fue un mal sueño.
Y sobre todo, lo que nunca puede ignorar Sánchez y sus camaradas de partido es que la sabiduría política es "contraintuitiva".
Es momento de perder salvando a tu enemigo para acertar.
Rivera lo sabe.
Él será el ganador.
twitter: @elunicparaiso
No podemos sino fabular acerca de los acontecimientos de la historia o los designios del futuro. Decir que alguien se equivocó, o no, es un vano ejercicio. Aquí ni el tiempo nos dará o quitará la razón, pues no existe. Jugador de chicas, perdedor de mus..... Rivera perdedor
ResponderEliminarJa, ja, ja.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, queridísimo Apache.
Pero se equivoca.
Claro que el tiempo nos dará o nos quitará la razón.
Lo hace todos los días.
A Sánchez se la quitará si no salva a su enemigo y se fía de su inestable aliado.
Me remito de nuevo al artículo.
Un fuerte abrazo y Feliz 2016.
La necesidad de Sánchez de ser presidente puede llevarse por delante a su partido. Solo si lo es podrá superar temporalmente la presión de Andalucía y los críticos. ¿De verdad cree que puede gobernarse con estabilidad si se pretende borrar de un plumazo lo hecho desde 2011 y si se entra en una espiral de referendos y cesiones territoriales? Quizá es que sigue Sánchez hacia delante en una nueva versión de tu querido juego del gallina.
ResponderEliminarGracias por tu primera contribución Lucas.
ResponderEliminarEl blog no pretende manifestar meras opiniones del autor, sino probar que la política tiene normas.
Una de ellas es el "juego del gallina".
Otra, la expresada en la frase de Aron que encabeza el artículo.
Y cuando las normas se ignoran el Iglesias de turno te come la tostada.
Espero que sigas comentando en el blog.
Un fuerte abrazo.
Perspicaz. Creo que al lado de la regularidad de la política también existe la geometría de las pasiones, y mucho menos predecible: por la geometría de las pasiones un enemigo sigue siendo un enemigo ... Así Aron, Sartre, sino también... Sorel. :-) Abrazo!
ResponderEliminar... un enemigo es un enemigo, pardon.
ResponderEliminarGracias por el comentario Carlo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
Las pasiones nublan la vista y confunden al juicio.
Aron, en cambio, era frío como el metal.
Un fuerte abrazo y mil gracias por tu punto de vista.
P.D.: Olvidaba decir que tu español es perfecto.