Todo
juego ofrece dos satisfacciones a los protagonistas: la victoria y la
justificación de la derrota.
El
juego, por ello, siempre es un ejercicio de irresponsabilidad.
Cuando
un juego es sencillo se suele decir que es un “juego de niños”.
¿Pero
qué juego no lo es?
¿No
lo es el fútbol profesional, cualquier deporte profesional?
El
responsable del fracaso siempre será el otro, incluso lo otro, pues cómo olvidar a Xavi
Hernández echando la culpa al césped alto de las derrotas más clamorosas de su
ya ex equipo.
Cuando
hace unos días el otro Javier, Xabi Alonso, dijo después de ser eliminada España
del Mundial de Brasil que “no hemos sabido mantener el hambre y la ambición que
tuvimos en el pasado. Mentalmente no estábamos preparados y físicamente
justos”, provocó una debacle en el
equipo. Sus breves palabras lo hundieron más, mucho más que lo que la derrota
lo había hecho.
Es
una cuestión de forma, no de fondo, es decir, da igual que tenga razón o no en
lo que dijo, sino que infringió la auténtica regla sagrada del juego: jamás se
debe reconocer la culpabilidad de la derrota. Y si lo haces debes dejar de
jugar.
Por
ello mismo la política democrática dominada por los partidos políticos (Estado
de partidos) es también un juego de niños, un desempeño esencialmente
irresponsable.
Para
la oposición todo es culpa del Gobierno, y para éste todo es culpa de la
“situación heredada”.
Si
el Gobierno reconociera su responsabilidad debería dimitir y si lo hiciera la
oposición tendría que dejar paso a nuevos dirigentes.
El
resultado del irresponsable juego político en España es dirimido periódicamente
por el pueblo mediante las elecciones: es éste quien decide que uno gana y otro
pierde.
Hasta
ahora la legitimidad que los jugadores-políticos otorgan al laudo arbitral que
dicta el pueblo se basa en que el pueblo siempre ha respetado la continuidad de
los protagonistas.
Los
jugadores aceptan al árbitro o al juez porque siempre permite un nuevo partido,
una revancha.
O
lo que es igual, mientras el pueblo no haga responsables a TODOS los
protagonistas del espectáculo, éstos podrán seguir echando la culpa al otro.
El
juego puede continuar porque la irresponsabilidad permite que los jugadores
sigan practicándolo.
El
problema surge cuando existe el riesgo de que el ciclo vaya a terminar, cuando
los jugadores titulares de ambos equipos van a dejar de serlo. Cuando TODOS son culpables.
Esto
es lo que ha pasado en las últimas elecciones europeas donde la suma de los
votos a los dos grandes partidos no ha llegado al 50%.
Llegados
a este punto los niños-políticos quieren seguir jugando, no se quieren ir a la
cama, es decir, al asilo.
Para
ello, para seguir jugando a la madre de todos los juegos, el de la irresponsabilidad, necesitan imperiosamente echar la culpa a otro.
Y
para ello nada mejor que un Borbón imberbe, Felipe VI Rey de España…, de
momento.
"Si
toda la culpa la tiene la Monarquía lo único que tenemos que hacer es cambiarla
por la República", -será el discurso de la oligarquía moribunda que se niega a
reconocer que su partido, la prórroga y los penaltis han terminado-.
Cuando
la clase política de izquierdas corrupta, oligárquica, antinacional habla de
que hay que dejar paso a la República por el bien del país, Felipe VI debe
tentarse la ropa. De la derecha no debe esperar nada, pues simplemente hará lo
que quiera la izquierda.
El autor del presente artículo está dispuesto a cambiar la Monarquía, por supuesto, pero siempre que también
cambie el régimen completo, el Estado de Partidos, es decir, el PP, el PSOE y
el sistema electoral proporcional corregido que lo hizo posible.
Pero
no. Eso no.
A la oligarquía le basta
con cambiar Monarquía por República, pues el Estado de Partidos es inocente.
El
juego debe continuar como hasta ahora.
El
problema de Felipe VI es que no tendrá a quién responsabilizar. Él no tiene
chivo expiatorio, pues ése papel le ha tocado a él.
Mientras
estuvo su padre podía echarle la culpa.
Hoy
ni eso.
No
obstante le queda un as en la bocamanga: hacer lo que ha hecho Xabi Alonso,
denunciar a los culpables, a los jugadores de la política profesional, al Estado de Partidos, el
único responsable de tanta irresponsabilidad.
El futbolista lo ha hecho porque se va, el Rey lo deberá hacer si se quiere quedar.
El futbolista lo ha hecho porque se va, el Rey lo deberá hacer si se quiere quedar.
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twitter: @elunicparaiso
Me parece un análisis brillante. El ejemplo que pones, como un espejo, frente al nuevo Rey demuestra que no te engañas: no te haces ilusiones, pero tampoco desesperas. Si denuncia -¿cómo?- al Estado de partidos salvará la monarquía -legitimida entonces, otra vez, de manera sobrevenida- y también a la nación. Hay no obstante un gran problema: la jura de Felipe VI ha sido un espectáculo pequeñoburgués, se parece más a la toma de posesión de un honrado funcionario que la coronación de un rey...
ResponderEliminarGracias maestro.
EliminarLa oligarquía es eterna.
La monarquía es humana.
No obstante, hay que dar la batalla y para ello el Rey debe saber que tendrá que luchar.
¿Lo sabe?
Esperemos que lo sepa o que haya leído el artículo.
Un abrazo.
Q consuelo leer a gente inteligente!
ResponderEliminarPor q no se juntan las personas serias e inteligentes para salvar esta situación q a mi juicio va directa al abismo.
Os imagináis un presidente de República como Zp (sentado al ver pasar la bandera...)
o como Aznar (lazarillo de Bush)...en una década estaríamos sin cuerpo diplomático
Gracias Dº Antonio.
EliminarNos complace tenerle como nuevo seguidor.
Esperamos no defraudar su confianza.
El ocaso de la selección española de fútbol puede coincidir con el nacimiento de un héroe político.
Estaremos atentos.
Un fuerte abrazo.
En el análisis de la situación y la reciente historia que hacíamos en los 70', se llegó a un entente. Todos los españoles deberíamos er iguales ante la ley. Si unas regiones exigen autogobierno, todos debemos tenerlo en la misma medida o no seremos iguales. Así nació en la Constitución consensuadamente 'el estado de las autonomías'.
ResponderEliminarYa ha pasado mucha agua bajo el puente. Hoy quien reclamaba autonomía, reclama independencia. Quien juró la Constitución refrendada bajo la bandera de la Patria, hoy vemos que queman banderas, ofenden a la Patria y vejan a sus compatriotas como si nada tuvieran que ver con aquellos juramento y refrendo. Hoy que no somos un país rico por mor de los inútiles que han dilapidado la riqueza de las 'vacas gordas', hoy no podemos pagar ya más lujos. Ha llegado el momento de analizar en qué nos hemos equivocado. Pues bien,sólo nos hemos equivocado en dar a los que piden lo que no quieren. Nunca quisieron a España, la odian.
El problema es que hoy, no podemos pagarlo. Es necesario denunciar las autonomías como el mayor error histórico de nuestra democracia. Necesitamos corregir lo que está funcionando mal.
Gracias por su comentario Dº Alfredo.
EliminarYo creo que el que más y el que menos sabe dónde está el error.
Usted de hecho realiza un diagnóstico cierto.
Cómo aplicar el tratamiento correcto sin matar al paciente es la tarea de un héroe.
Quién sabe si le encontraremos.
Un cordial saludo y esperamos contar de nuevo con su presencia en el blog.
Felipe VI ha visto desfilar durante toda su vida a todos los tipos de perdonavidas y pelotas que bien han chantajeado a su padre o le han lamido el traserillo. Los conoce de sobra.
ResponderEliminarEspero sinceramente que el nuevo rey, como parece, esté libre de tener las manos pringadas en asuntos sucios. Parece que líos de faldas no tiene, porque es evidente que ama a su mujer y la respeta.
Ahora (sólo había que mirar las caras de los diputados durante el discurso) todas las redes clientelares y de tráfico de influencias que tenían paso por la Zarzuela han caído. Juan Carlos ya no pinta nada. Y siendo viejos y pellejos tienen que volver a tratar de intimidar unos (Prisa, masonería,...) y hacer la pelota otros, para no perder lo que con tantos años de corrupción han conseguido.
Por fortuna y por el momento, Felipe VI parece un tipo poco ambicioso el lo económico y poco dado a ser un "picha brava" como su padre. Si está limpio del todo y no le pueden chantajear, podrá poner los cimientos para que, si supera los desafíos secesionistas inmediato, poner los cimientos para que al final de la siguiente legislatura (+6años) tener un país lo suficientemente aseado, para dejar de ser el culo de los países desarrollados y tener un futuro prometedor.
Agradecemos de todo corazón su comentario.
EliminarY deseamos que su optimismo sea el optimismo de la razón.
¿Felipe VI sabe que va a ser el chivo expiatorio del régimen político oligárquico?
Nosotros sí lo sabemos.
Si el Rey lo sabe tiene en sus manos la solución.
Si no lo sabe será la víctima propiciatoria.
Quedamos a la espera.
Un abrazo y siéntase bienvenido.
Les otorgas demasiada inteligencia a los actores de esta farsa. A mi modo de ver, son tontos siguiendo a otros tontos, sin rumbo fijo. Leyéndote parece que sus acciones tengan una estrategia o motivos ocultos, cuando en realidad son comportamientos erráticos, mas propios de alguien acorralado y pendiente de su propia supervivencia.
ResponderEliminarAbogo más por la predicción de la Gran Coalición, bendecida y favorecida por la monarquía, porque así quedan todos los tontos contentos, como los tiburones.
Los tiburones nunca se comerán entre sí, simplemente porque son los depredadores mas simples y eficaces del mundo.
Gracias por el comentario.
ResponderEliminarLamento no estar de acuerdo respecto a que son tontos. De tontos no tienen ni un pelo.
En lo que sí coincido es en que viven pendientes de su propia supervivencia.
Por eso necesitan echar la culpa al empedrado.
En esta ocasión Felipe VI hará las veces de pavés.
Me temo, pues en esta ocasión los depredadores, léase Estado de Partidos, no se conformará con repartir el botín.
Necesitan un sacrificio.
Respecto a la Gran Coalición quizás ya no sea dique suficiente.
De ello trataré en próximos artículos.
Un beso.
Cada generación quiere entrar en la historia por méritos propios, desea hacerse con un corral a su medida -a la medida de sus gallos más bravucones, se entiende-. Y cuando los acólitos se imaginan los tiros y los ajusticiamientos, la cabeza que les pasa por la suya es siempre la de "el otro". Bien que mientras en la "internete" siga pillándose porno por todo el morro -y, entiéndanme, es una metáfora. Quien dice porno dice el "Hombre sin Atributos", las variaciones Goldberg, el Madrid-Barça del 5-0 o Harry Potter, la banda va a continuar prefirendo pásándoselo teta a su aire, sin el incordio de los camaradas, que irse a las once a tomar el Palacio de la Zarzuela, y quedarse sin saber como termina la última temporada de "Juego de Tronos". Cuando haya que empezar a apoquinar por las descargas, será cuendo el asunto se ponga de verdad peliagudo.
ResponderEliminarAl margen, denunciada la casta por Felipe VI, y sustituida, inmediatamente la nueva casta empezará a reproducir punto por punto los comportamientos de sus predecedores. Son atávicos de la especie humana. Y, en lo que atañe a España, acendrados por su idisincrasia de pueblo estepario venido notoriamente a menos.
Y eso es lo que pienso. Un abrazo ;-)
Julian, qué puedo decirle aparte de que no he leído nunca a Musil y que las Variaciones Goldberg tuve noticia de ellas a través de las películas de Woody Allen, para después reconocer que son una prueba fehaciente de que Dios existe.
ResponderEliminarEl manifestar que la nueva casta reproducirá punto por punto los comportamientos de sus predecesores me une a usted para siempre.
Pero admitamos que no hay actividad comparable a la de ver cómo luchan los hombres entre sí por ser uno el gato y transformar al compañero en ratón.
Que de esa batalla surja un héroe como Batman, De Gaulle, Mourinho o Álvaro Uribe es lo de menos por su alta improbabilidad.
Además, para qué queremos más héroes.
Basta con ir a you tube y encontrar a Glenn Gould interpretando las Variaciones Goldberg.
Gracias Julian, muchas gracias por el comentario.