En el estudio preliminar del
profesor Jerónimo Molina con el que introduce la reedición de "La esencia de
lo político" del francés Julien
Freund (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2018), aparece una
anécdota que define la situación de los partidos políticos de la derecha
española hasta hace pocas semanas.
El alemán Günter Maschke, antiguo
miembro de un grupúsculo comunista y expulsado de la Cuba castrista por su amistad
con el disidente Heberto Padilla, le confiesa en 1986 a Julien Freund en un
coloquio internacional sobre Carl Schmitt: "luchábamos contra un enemigo,
siempre en el centro de nuestra atención, pero nunca supimos quién era ese
enemigo".
Para el Partido Popular la
pregunta acerca de quién era su enemigo durante el último cuarto de siglo
quedaba eclipsada por otra cuestión absolutamente irrelevante en términos
políticos: ¿quiénes pueden ser nuestros amigos?
Para el Partido Popular de Rajoy,
pero también de Aznar, lo relevante era tener amigos homologados por sus
adversarios (Obama sí, Marine Le Pen no), porque lo importante no era a quién
te enfrentabas sino con quién ibas.
Esta ridícula preocupación ha
sido el principal motivo que ha neutralizado la acción política de la derecha
durante un cuarto de siglo, pues a la izquierda le bastaba con tildar de fascistas
a los defensores de cualquier causa digna de ser apoyada por la derecha, para
que el Partido Popular rechazase hacerlo.
Por tanto, la neutralización de
la derecha por la izquierda no ha sido una cuestión de complejos de la primera,
no ha sido un defecto de voluntad. Se ha tratado de una cuestión política: se
ha dado más importancia al amigo (con quién voy) que al enemigo.
Cuando hablo de que en política
cuidar las compañías es una ridícula preocupación me apoyo en una de las
máximas autoridades del s. XX.
En sus "Memorias", obra
cumbre de la literatura política del s. XX, Raymond Aron (a la sazón, director
de tesis de Julien Freund) sentencia la cuestión con estas breves palabras:
"Respondí
a quienes me reprochaban mis compañeros dudosos: escogemos a nuestros
adversarios, no a nuestros aliados".
Aron
pone en evidencia una verdad sencilla pero esencial, esto es, a los aliados no
se les puede escoger porque la amistad exige un consentimiento mutuo. No hay
amistad si el otro no quiere.
En
cambio, la enemistad es la única elección pura, unilateral, pues mi enemigo lo
será, lo quiera o no.
Por
tanto, es el "hostis" el que define la acción de cualquier partido
político, siendo las compañías que eventualmente le acompañen un asunto
irrelevante políticamente.
Este
argumento que ha entendido a la perfección la izquierda sectaria, incluyendo a los
Gobiernos de Sánchez y de Zapatero, así como los nacionalistas periféricos de
derecha; por fin lo ha comprendido la derecha española.
Ha
sido en Alsasua, pueblo navarro que pasará a la historia de la
política partidista por ser el lugar donde la derecha española entendió que el
problema nunca es el aliado, sino el enemigo.
Así,
C´s decide acudir a Alsasua con el fin de solidarizarse con la Guardia Civil porque su enemigo son aquellos que pretenden
la desaparición de las instituciones y símbolos españoles en Navarra.
Con
ese mismo propósito también se hace presente VOX.
Y frente a la acusación de la izquierda de que C,s se alía con un partido
fascista, Rivera acude a Alsasua con VOX, demostrando que lo primero es hacer
frente al enemigo, con independencia de las eventuales compañías.
La
guinda la pone el Partido Popular apareciendo también en el municipio con VOX y
C,s, ratificando así la máxima de Aron: lo único importante en política es la
enemistad.
¿Qué
une al Partido Popular, a VOX y a C,s en Alsasua?, ¿su amistad?, ¿acaso pueden
ser aliados C,s y VOX o C,s y el PP cuando compiten por el mismo espacio
electoral?
Evidentemente
no.
Lo
que les une es que los tres saben quién es su enemigo.
En España hay una nueva derecha unida por una única frase: "escogemos a nuestros enemigos, no a nuestros aliados".
Por fin se enteraron.
Coda para Rivera:
Dice Valls y Dª Cayetana, entre otros, que es necesario un cordón sanitario frente VOX.
Desgraciadamente, la ideología no es patrimonio de la izquierda.
¡Cuidado Rivera, que vienen los tuyos!
twitter: @elunicparaiso
Coda para Rivera:
Dice Valls y Dª Cayetana, entre otros, que es necesario un cordón sanitario frente VOX.
Desgraciadamente, la ideología no es patrimonio de la izquierda.
¡Cuidado Rivera, que vienen los tuyos!
twitter: @elunicparaiso
Buenas noches
ResponderEliminarNos tiene muy olvidados, y hay demasiados movimientos como para que no sean comentados, con reflexion, y su peculiar, algunos dirian hasta heterodoxo punto de vista
Un saludo, con aprecio
Jose